El maestro Óliver Díaz, nacido en Oviedo, recriado en Gijón, titulado en el Conservatorio "Eduardo Martínez Torner" y fundador en el año 2000 de la Orquesta Sinfónica "Ciudad de Gijón", se mostró muy complacido ayer al recibir la distinción de "Asturiano del mes" de octubre de LA NUEVA ESPAÑA. La ceremonia de entrega, seguida de un almuerzo muy animado, se celebró en la sede del periódico en Oviedo. Díaz acudió rodeado de un grupo de amigos, familiares y compañeros de emprendimientos, con una nutrida presencia de cantantes. Y es que desde el pasado otoño es el director musical del teatro de la Zarzuela de Madrid, el gran centro de producción de música española, que lo sitúa sin duda en la élite de la dirección de orquesta con una fuerte proyección internacional.

Ángeles Rivero, directora de LA NUEVA ESPAÑA, explicó de entrada el sentido del premio, que se entrega todos los meses desde hace veinte años, cuando lo inauguró la bioquímica Margarita Salas. Está orientado a asturianos de nación o adopción, con una trayectoria profesional sólida y que en el mes de referencia hayan sido noticiables. El maestro Díaz reúne las tres notas. La ocasión es única por su nombramiento al frente de la Zarzuela, "con una trayectoria muy buena, una edad fantástica, y esperamos que nos dé muchas más alegrías", indicó la directora.

Uno de los objetivos del premio "Asturianos del mes" es acercar al periódico personalidades asturianas muy destacadas de las distintas profesiones y actividades, de manera que se las pueda conocer mejor y transmitir a los lectores ese conocimiento. Permite estar al tanto de sus preocupaciones, proyectos y visiones de la realidad desde un doble punto de vista profesional y humano. Y todo eso se cumplió ayer con creces porque Óliver Díaz es, además de un gran músico, una persona muy cercana y con gran capacidad de comunicación. Ángeles Rivero deseó que siga siendo noticia y siempre de una forma positiva.

Y llegó el momento de la entrega del premio, que se materializa en tres piezas. Una primera página del periódico donde se da noticia del galardón y se recogen consideraciones de algunos especialistas sobre la actividad del homenajeado. En la página se incluye también una fotografía del maestro Díaz dirigiendo a la Orquesta Sinfónica "Ciudad de Gijón" y la Coral "Anselmo Solar" en el concierto de Año Nuevo de 2006 en el teatro Jovellanos de Gijón. Al galardonado le encantó. Después, Melchor Fernández, exdirector de LA NUEVA ESPAÑA, le entregó una caricatura dibujada por Pablo García que fue aplaudida por todos entre risas y frases de admiración. "Refleja muy bien mi gesto a la hora de coger la batuta" explicó Díaz. Y, finalmente, una estela de Legazpi en bronce que simboliza la mejor memoria de nuestros antepasados.

Óliver Díaz comentó que estaba en Sevilla cuando le comunicaron el premio y añadió que se había quedado casi mudo, "el premio, que me dejó sin habla de la emoción, lo comparto con mucha gente. Quedé en estado de shock, no supe qué decir, pensé después que iban a decir que era medio tonto. Me emociona muchísimo este premio. Estoy aquí acompañado de familiares y amigos que han tenido que ver lo que he estado haciendo estos años, y les doy las gracias porque el premio es también de ellos".