El Muséu del Pueblu d'Asturies y la Red de Museos Etnográficos de Asturias acaban de editar en PDF "El agua en la vida cotidiana. Fuentes, lavaderos y abrevaderos de Asturias", una singular investigación (accesible a través de la web de ambas instituciones) en la que la historiadora Cristina Cantero Fernández analiza y documenta, desde un novedoso enfoque, la gran relevancia que tuvieron este tipo de construcciones para los asturianos.

La ley de Patrimonio Cultural de Asturias protege desde el año 2001 las fuentes y lavaderos como elementos de interés etnográfico, aunque, como señalan desde el Muséu del Pueblu d'Asturies, "no existía un estudio de carácter histórico y antropológico" que tomara como campo de trabajo todo el Principado. Una carencia a la que se quiso poner remedio a partir de 2010. El primer resultado evaluable es este estudio de Cristina Cantero.

El agua corriente no llegó con carácter general a las viviendas de los asturianos hasta el siglo XX. Y en bastantes casos, después de los años sesenta del pasado siglo. Fuentes y lavaderos fueron cruciales para el suministro diario de agua o para el lavado de la ropa. Eran importantes lugares de socialización, con un uso regulado por ordenanzas, que entraron en decadencia y abandono con la construcción de las redes de suministro hasta las casas.

Los lavaderos, que fueron considerados en su día como una conquista social porque hasta entonces las mujeres lavaban generalmente a la intemperie, en los ríos o regatos, son más modernos que las fuentes. La antigüedad de muchas de estas construcciones, como la de Foncalada, en Oviedo, habla de su trascendencia para el abastecimiento de agua y la higiene.

Cristina Cantero, que tiene también formación en antropología social y está especializada en etnohistoria, además de ser experta en derecho consuetudinario asturiano, sigue las informaciones escritas sobre los elementos que estudia, pero también recurre a la entrevista de los informantes. A la visión histórica suma así la antropológica, con atención a los aspectos materiales y a los socioculturales. En su libro aporta análisis de esas construcciones y de sus contextos históricos, desde el siglo XVI hasta ahora mismo. El libro incluye un prólogo del director del Muséu del Pueblu d'Asturies, Juaco López.

La investigación de Cristina Cantero pasa a ser una obra de referencia, tanto por las fuentes documentales como por los materiales gráficos inéditos que incorpora. Desde las instituciones que impulsaron el estudio, consideran que el libro contribuye a la difusión de una parte de la historia cotidiana de los asturianos y a la conservación de su patrimonio.