Música exquisita sobre constantes encuentros con la historia y aquellos felices tiempos de la baja Edad Media en la apertura, ayer, del ciclo "Primavera barroca" en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. Todo a cargo del grupo "Eloqventia", dirigido por Alejandro Villar, que ofreció un concierto en torno al "Libro de buen amor" -según la edición del año 1343- del Arcipreste de Hita con partituras del siglo XIV y tradiciones cristianas, judías y musulmanas. La sala de cámara, donde se celebró la fiesta musical, vivió momentos de verdadero gozo en la misma sencillez de la música. El público aplaudió encendido durante tres minutos y después de la propina otros 2 minutos y 25 segundos, algo insólito en una cita intimista y tan cargada de sabiduría apolínea como de dionisíaca sensualidad. Aún después de terminar el concierto el respetable se acercó a ver los instrumentos de época que fueron mostrados entre explicaciones por los componentes de "Eloqventia".

Nueve números desde un anónimo del siglo XIV a "Tempus est iocondum" de "Carmina Burana" enlazados por los recitales del actor Carlos Dávila que encarnaba al Arcipreste y enlazaba sus textos llenos de picardía y ciencia de la vida.

El contratenor Gabriel Díaz, con voz clara y afinada, cantó una pieza del "Llibre vermell" después de la introducción, sobre un anónimo del XVI.

En el escenario, además del actor y el cantante, el núcleo de "Eloqventia", con Villar, sus flautas y sinfonía -un instrumento antiguo de cuerda frotada que se maneja con un manivela y teclas- , Rami Alqhai, vihuela de arco; Ramiro Amusategui, laud y David Mayoral, percusión.

Especialmente interesante resultó la pieza "Non quer'eu donzela fea" de Alfonso X el Sabio que fue repetida como propina con papel destacado del contratenor y la sinfonía tocada por Villar. Virtuoso el percusionista con el salterio y los darbuka, una suerte de tabla árabe. Sentidos e intimistas la vihuela y el laúd en una canción sefardí. Y siempre el Arcipreste quien citando a Aristóteles afirma que a los humanos los mueve la comida y el sexo.