El movimiento se estimula con el movimiento. Así lo interpreta Rita Donahue, la bailarina de la compañía neoyorquina de danza de Mark Morris, que actúa hoy en Oviedo. Con ese convencimiento dirigió ayer un taller en el teatro Campoamor pensado para estimular el ritmo, el equilibrio y la coordinación de los enfermos de párkinson, una especie de terapia guiada por las notas del piano y el movimiento de las distintas partes del cuerpo, a veces de forma pausada, a veces más rápido, en la que los participantes se involucran estimulados por la bailarina.

Ramón Barrios y José Manuel Devesa, dos de los participantes en la clase, padecen la enfermedad desde hace años y ven en la actividad una salida a la rigidez de sus músculos. "El ritmo nos ayuda a concentrarnos en el movimiento y lo facilita", comenta Barrios que, igual que Devesa, piensa que el ritmo y los acompasados movimientos que dirige Rita Donahue les benefician para mejorar flexibilidad y coordinación. Barrios va aun más allá y ve en la música un antídoto contra los bajones que llegan en algún momento. "Psicológicamente nos anima porque nadie puede estar triste cantando o bailando", dice. Además de los enfermos de párkinson, participaron bailarines asturianos y terapeutas. Todos siguieron durante hora y media estiramientos y movimientos, creando una coreografía que recurrió a distintos argumentos para retener mejor las diferentes posturas. La clase se realiza con la participación del Festival de Danza del Campoamor y profesionales de la danza de Asturias.