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Regreso al futuro

Cuando el escarabajo sale del armario

El mismo gen que lleva al coleóptero macho a copular con otros machos hace más fértiles a sus hermanas

Un escarabajo pelotero bajo la noche estrellada de la Vía Láctea, que le sirve de guía.

La Universidad de Upsala (Suecia) ha presentado un estudio que puede convertirse en pesadilla para el obispo de Alcalá de Henares, prelado pronto en la condena y asado de los homosexuales. Este estudio, publicado en la revista BMC Evolutionary Biology, ha constatado que la cópula entre individuos del mismo sexo tiene, paradójicamente, beneficios biológicos. Para que Reig Pla no se alarme en demasía diremos que el experimento se hizo con un pequeño escarabajo llamado "Callosobruchus Maculatus", y por lo tanto, los resultados se circunscriben a esta especie. Aunque -alerta, monseñor-, David Berger, autor de la investigación, advierte que lo descubierto podría aplicarse a "gran variedad de animales".

Los biólogos están desconcertados con lo común que es en el reino animal que individuos del mismo sexo se apareen entre sí. En término biológicos no tiene sentido: no se produce descendencia. Los científicos de Upsala buscaban el porqué de esa constante homosexual. Según informa la agencia Sinc, partieron de una hipótesis: como machos y hembras comparten los mismos genes, las relaciones entre individuos del mismo sexo tienen que mantenerse por selección natural porque los genes que predisponen a esa tendencia aportan beneficios cuando se expresan en el sexo opuesto. Eligieron ese tipo de escarabajo por sus bajo niveles de comportamiento homosexual y con técnicas de reproducción artificial crearon una generación de escarabajos más proclive al contacto macho-macho. ¿Que encontraron? Pues que las hermanas de los "machos gays" ponían más huevos y tenían más crías que las de la generación "normal". Es decir, que los mismos genes ligados a la conducta homosexual, en individuos del sexto opuesto propiciaban un incremento reproductivo.

Los escarabajos dan para mucho. Otra: la publicación Current Biology acaba de dar a luz otro estudio de la Lund University, también en Suecia. Aquí demuestran que los escarabajos peloteros hacen una especie de fotografía mental del cielo estrellado que hay sobre ellos para poder "navegar" y guiarse mientras van haciendo su bola de estiércol, que utilizan como fuente de alimento y como "guardería" para sus crías. Moverse es clave para alejarse de los competidores. A medida que avanzan van ajustando las luces que ven en el cielo a esa foto mental y así mantienen su trayectoria. Los científicos ya sabían que esta especie se guía por las estrellas de la Vía Láctea y lo comprobaron en una instalación en Sudáfrica donde instalaron un cielo artificial donde podían controlar la luz y la ubicación de los cuerpos celestes. ¿Y esto para qué vale? Los autores de la investigación dicen que podría inspirar la creación de robots o de algoritmos que incorporar a vehículos autónomos para que pudieran navegar guiándose también por las estrellas. El escarabajo siempre fue un coche fiable.

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