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Un camino entre pucheros

Guisos a la luz del Valle Oscuro

Les fabes con centollo y el cabrito guisado son dos de las especialidades de Marisol Galán, cocinera del restaurante del hotel El Otero en La Borbolla, Llanes

Señalización de la ruta de los Colores en el Valle Oscuro

Los amantes de los rincones singulares o un poco apartados y que disfrutan recorriendo carreteras tienen en el Valle Oscuro u Oscuru, como dicen allí, en el concejo de Llanes, una pequeña joya. Uno de los accesos es desde la localidad de Buelna, de donde sale una carretera "de las de toda la vida en Asturias, como decimos por aquí", con curvas y que va en ascenso durante cuatro kilómetros, hasta llegar a nuestro punto de destino, el restaurante del hotel rural El Otero, en el pueblo de La Borbolla. Sin duda para los acompañantes del conductor mirar por la ventanilla y contemplar la línea costera entre Pendueles y Buelna, con sus casas, sus playas y el Cantábrico al fondo, según se va subiendo, es todo un espectáculo.

Luego arriba, ¡gran sorpresa!, aparece un valle impresionante, abierto, lleno de contrastes, con la sierra del Cuera al fondo, con el cencerro de las vacas sonando en medio del paisaje y con una luz increíble que muestra, en todo su esplendor, este lugar de Llanes que está lindando con el vecino concejo de Ribadedeva.

Hay quien dice que la denominación de Valle Oscuro se debe a que fue la última parroquia de Llanes a la que llegó la luz eléctrica. Entre los pueblos con encanto que se reparten por el valle se encuentra La Borbolla, donde está el hotel rural El Otero, al que se llega sin problemas por una pista de unos 600 metros que hay que seguir sin desviarse hasta llegar ante la misma puerta, En su cocina se esmera en preparar platos tradicionales Marisol Galán Martínez, que hace cinco años se hizo cargo del establecimiento, por lo que, además de buena guisandera, también ejerce de gerente. "Yo aprendí a cocinar con mi madre, Isabel Martínez, que era de Llonín", dice mientras ultima uno de sus platos novedosos este año: fabes con centollo.

En el comedor quien atiende es su sobrina Delmi Díaz Guerra, mujer simpática y entrañable que recoge las comandas y lleva a las mesas algunas de las cosas ricas que prepara Marisol Galán destinadas a su menú de lunes a domingo, siempre a 15 euros, y con tres primeros, tres segundos y tres postres a elegir.

Entre los platos que figuran en el menú, que cambia cada día, están, además de les fabes con centollo, la fabada, tortilla de patatas rellena de picadillo, bacalao con tomate, paella de marisco o mar y tierra, ensalada rusa especial de El Otero, pote, verdinas con almejas, cachopo, cocido de garbanzos con pantruque. arroz con leche y tarta de queso. También prepara, por encargo, un buen cabrito guisado.

La carta es de tapeo y ofrece varias opciones entre revueltos diversos, chipirones, pollo al ajillo, pulpo, chorizos a la sidra y variado de croquetas. Entre las diversas sartenes destaca la de los pastores, con patatas fritas, tortos, dos huevos fritos y lomo. También sirven platos combinados.

Y todo ello servido en una terraza impresionante y al aire libre. Cuenta con una amplia zona de prao donde hay columpios para los niños e incluso una piscina, lo digo por si algún valiente lamenta no haber llevado bañador y toalla en el coche. Y los visitantes que llegan acompañados de su perro pueden acceder a la terraza, donde las mascotas son bienvenidas. En fin de semana es necesario reservar llamando al número 985411009.

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