"Acabo de desembarcar", dice Karin Ohlenschläger (Hannover, 1959), flamante directora de actividades de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial. Busca casa en Gijón, pero hace una semana que ha trasladado su residencia a Asturias. Es licenciada en Historia del Arte y su currículum es contundente. Obtuvo la plaza en un concurso internacional después de que la instalación de Cabueñes, dependiente del Principado, estuviera meses sin cubrir un puesto clave. Llega con ideas y parece tener un método.

-¿Qué líneas seguirá Laboral bajo su dirección?

-Hay una línea de continuidad en el planteamiento educativo o de formación, además de en los de producción y residencias. Es un lujo que un centro pueda dedicar buena parte de su presupuesto a programas formativos, y no sólo para artistas, sino para todo tipo de públicos. Ahora mismo tenemos, por ejemplo, un colectivo de mujeres discapacitadas.

-¿Y el programa de exposiciones?

-Lo nuevo es que cada año se dedicará a un tema, que será el hilo conductor. El próximo año, coincidiendo con el décimo aniversario de Laboral, daremos una vuelta más a un asunto crucial: ¿qué significa vivir en la era digital? No queremos hablar de tecnología, sino de cómo nuestras vidas son afectadas por estos nuevos entornos. Ver qué ha cambiado en este tránsito de la era analógica a la digital.

-¿Y cómo se concretará en el aspecto expositivo?

-Haremos una gran antología de las mejores producciones en Asturias y en España de la última década; habrá también un programa interdisciplinar en el que participarán filósofos, sociólogos, arquitectos o economistas para hablar de la condición digital. Y tendremos una exposición sobre los orígenes de ese tránsito, los primeros espacios autogestionados en Madrid por artistas en los años ochenta. Habrá reflexión teórica, que me parece fundamental, pero el programa será para todos los públicos. En Asturias tenemos la ventaja de que hay un tejido asociativo muy bien articulado, al que nos queremos dirigir con mucha más intensidad de lo que se ha hecho. En 2018, retomaremos el asunto de la relación entre arte y naturaleza. Es un proyecto en el que queremos implicar a toda Asturias, incluido su ámbito rural. En 2019 nos fijaremos en la ciudad en que queremos vivir. Y en 2020, queremos participar desde el arte en el proyecto europeo sobre el cerebro. Este año respetaremos lo ya programado.

-Se quiere que estreche relaciones con las instituciones y la industria asturianas. ¿Conoce bien Asturias?

-Acabo de aterrizar y estoy muy interesada, aunque conozco el ámbito universitario y voy entrando en el tejido asociativo. También conozco el arte y la cultura porque hace años presidí el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC). Me quedan muchas cosas por aprender, sobre todo, el contexto local. Lo que es cierto es que durante años me he ocupado de articular plataformas de diálogo, desde el ámbito artístico, con la empresa y la Universidad.

-¿Cómo se relacionará Laboral con la Universidad de Oviedo?

-La Universidad es muy importante para profundizar en ese diálogo entre disciplinas. Es fundamental que hablemos con los departamentos de Filosofía, de Sociología, Historia del Arte... Y con las ingenierías, claro. Laboral puede desempeñar un papel catalizador muy importante.

-¿Y con el tejido industrial asturiano?

-Tengo que ver qué ha pasado, qué es lo que no ha funcionado y ver las razones. Mi idea es que Laboral se relacione, por ejemplo, con el Parque Científico Tecnológico (de Gijón). Hay que plantear una comunicación más fluida. Soy alemana y me gusta recordar un antecedente, la Bauhaus, donde el diálogo entre arte, artesanía e industria fue muy fructífero. Me encantaría lograr una conversación de ese tipo entre los distintos ámbitos. Forma parte de mis sueños.

-Deberá mirar también hacia el Museo de Bellas Artes de Asturias...

-El director (Alfonso Palacio) y yo hemos quedado para dentro de una semana. Hemos conectado muy bien. La historia del arte me parece imprescindible para coger perspectiva. De hecho, estamos ya conversando. Por ejemplo, para el programa de arte y naturaleza. Todo eso me encantaría hablarlo con el Museo de Bellas Artes y con otros centros. Son relaciones que me parece muy importante atender. Está ya en marcha la iniciativa para que los cinco centros que dependen del Principado nos apoyemos y reforcemos el tejido cultural asturiano.

-Tengo la impresión de que, después de más de un año sin dirección de actividades, Laboral ha perdido una cierta proyección internacional en el aspecto expositivo. ¿Cómo se puede recuperar?

-No diría exactamente eso. Laboral está implicada ahora mismo en dos proyectos europeos de mucho prestigio. Y uno de ellos, además, está liderado por Laboral. El viernes pasado se inauguró, por ejemplo, la primera exposición, "Demo 01", de esta Red Europea de Creación Audiovisual Contemporánea. Lo que espero es que en la convocatoria abierta haya más participación asturiana. Así que no considero que Laboral haya perdido proyección internacional. Y están los proyectos de "Next Things", producidos aquí.

-A usted se le exige que mantenga la mirada internacional de Laboral y que, al tiempo, anude más y mejor la relación con Asturias...

-Creo que lo global no tiene sentido sin la condición local, se tienen que nutrir mutuamente. El ámbito asturiano es fundamental porque nos insertamos en una sociedad que da vida a este proyecto. Y después de casi una década de experiencias tenemos que ser capaces de ofrecerlas a los ayuntamientos y a los centros sociales; es algo que nos encantaría compartir con la sociedad asturiana. No se ha dicho, pero Laboral ha dedicado durante muchos años el mismo presupuesto a educación y formación que al programa expositivo. No he conocido centros con este compromiso social.

-Sin embargo, Laboral tiene en Asturias, precisamente, una cierta fama de institución elitista...

-Tengo muchas ganas de sentarme con los sectores más críticos para analizar los datos. Estoy abierta a todas las críticas que ayuden a mejorar la realidad de Laboral. Tiene un programa de compromiso con la sociedad que ya lo quisieran otros. Tenemos que mejorar. Mi intención, bueno, la del equipo, es tratar de corregir esa imagen y recuperar la confianza de la sociedad. Hay que decir, también, que los recursos son limitados.

-Usted lo ha dicho, el presupuesto no ha dejado de caer...

-Bueno, ha caído para Laboral y para la mayoría de los centros de arte y cultura, por no hablar de la educación o la sanidad. No es algo excepcional, pero nos obliga a cambiar de estrategias. El aspecto económico me ocupa como a todo el mundo y vamos a hacer un esfuerzo. Hay que destacar que hay una aportación privada importante para algunos programas. Lo que queremos es aumentar esa colaboración.

-Laboral lleva más de un año sin dirección de actividades. ¿La imagen del centro se ha resentido?

-El equipo profesional de Laboral ha funcionado con una dinámica y una autonomía destacables.

-Paradójicamente, se ha prescindido de buena parte de ese equipo. Varios extrabajadores han acudido a los Juzgados.

-Es una problemática que, lamentablemente, no es sólo de Laboral. Lo que voy a aportar son medios y recursos nuevos para renovar la ilusión y la capacidad de trabajo.

-¿Va a reforzar el equipo?

-Soy la responsable de contenidos. Veremos las personas que pueden colaborar en los distintos módulos de nuestros programas.

-¿Qué deben pedir los asturianos a Laboral y que les va a ofrecer el Centro de Arte?

-Lo que quiero ofrecer, y de hecho Laboral ya ofrece a los asturianos, es compartir toda una forma del conocimiento. Pero Laboral puede dar mucho más de lo que se ha ofrecido hasta ahora, pero tenemos que abrir canales. Laboral puede conectar lo local con los flujos globales, y de hecho lo está haciendo ya en el sector de la creación artística, incluidos los artistas asturianos. Así lo indican los datos: de las más de ciento cuarenta producciones que Laboral ha realizado en los últimos nueve años, ochenta y un proyectos han sido asturianos; es decir, más de la mitad. Lo que Laboral puede ofrecer a Asturias son metodologías, herramientas para compartir. En una situación de cambio como la que vivimos, es una suerte tener una plataforma de este tipo.

-¿Asturias aún no se ha dado muy bien cuenta de que tiene en Laboral un instrumento privilegiado?

-Tenemos que hacer un esfuerzo aún mayor para explicarlo. Hay que hacer autocrítica. Esa falta de comprensión es algo intrínseco a toda innovación. No se puede exigir a todo el mundo y en todo momento que entienda por dónde van las cosas.