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ROSSEN MILANOV | Director de la Sinfónica Asturiana, que cierra hoy y mañana en Gijón y Oviedo su 25.ª temporada

"La OSPA debe ser la embajadora cultural del Principado y mostrar lo que hay aquí"

"Necesitamos reforzar la cuerda, hay trece violines primeros, pocos para la música romántica, tener diez músicos más sería muy bueno"

El maestro Rossen Milanov, en la tarde de ayer, en el auditorio de Oviedo. IRMA COLLÍN

La OSPA cierra su 25 temporada. Hoy, en el teatro Jovellanos de Gijón, a las ocho y mañana, en el Auditorio de Oviedo, a la misma hora. En el programa, el concierto para piano n.º 1 de Brahms, con el solista Luis Fernando Pérez, y la "Sinfonía alpina", de Strauss en unión con la orquesta Oviedo Filarmonía hasta sumar 118 músicos en el escenario. El maestro Rossen Milanov, titular de la sinfónica asturiana, hace balance y reflexiona sobre la formación que dirige, su papel en la comunidad y más allá.

-¿Qué destacaría de la temporada de celebraciones?

-Son 25 años de vida de una orquesta. Es una marca muy seria. Para la OSPA es una posibilidad de celebrar el crecimiento de nuestro nivel artístico y de las conexiones que establecemos con el conjunto de Asturias y de todos los lugares donde presentamos conciertos. Una orquesta existe no solo como producto artístico, existe también por el apoyo que da a la estructura social. Cuenta mucho la ayuda que puede ofrecer en el sistema educativo y mil cosas más. En el 25 aniversario hemos mostrado nuestros niveles de interacción con los asturianos.

-Empezaron las bodas de plata en Covadonga.

-Sí, el primer concierto fue en Covadonga. Para nosotros Covadonga es un sitio muy especial. Un espacio fuerte. Con un aura única. Un sitio místico. Se siente. En tres años hemos hecho allí dos conciertos, el "Réquiem", de Verdi y las "Cuatro estaciones", de Vivaldi y la cuarta sinfonía de Chaikovski. Concierto abiertos. Libres. El público viaja para asistir a la cita con la espiritualidad del real sitio. Va a ser una tradición para abrir allí la temporada o presentar algún concierto especial.

-¿Y el ciclo de abono?

-Con solistas diversos, muchos españoles, que ya habían tocado en otras ocasiones con la OSPA. Es nuestra colección de favoritos. Por ejemplo, Joaquín Achúcarro, que tocó la rapsodia de Rachmaninov. Y músicos de la propia orquesta tocando como solistas como Alexander Vasiliev, nuestro concertino. O los cuatro primeros violines que tocaron a Vivaldi; la violista María Moros y Juan Ferriol, oboísta. Hemos contado con directores invitados como Pablo González, Jaime Martín o Lorenzo Viotti, muy jóvenes, con programas muy interesantes. Y Max Valdés, claro.

-Giraron.

-Hicimos una gira a Bilbao, con tres conciertos. Fuimos la única orquesta que ofreció tres conciertos en el festival vasco. Un programa muy difícil de Strauss y Wagner. También han sido muy importantes los conciertos del ciclo Link up. Han asistido más de 12.000 niños de escuelas asturianos. O el concierto del Museo de Bellas Artes, tocamos "Pierrot lunaire", de Schönberg. Nuestros músicos acaban de tocar por todo Oviedo. Esas cosas se notan. La semana que viene vamos a Llanes, Pola de Siero, La Felguera y Tapia de Casariego.

-¿Qué les falta?

-Para nosotros es importante tener más libertad. Por ejemplo, los abonos solo se pueden vender en el mes de septiembre. Solo durante tres semanas. En octubre ya no se pueden adquirir. Cosas fijas e inflexibles. No comprendo por qué no hay más flexibilidad para operar como una institución un poco independiente de ciertas normativas. Y necesitamos más músicos en la cuerda. La gente se jubila. Hay trece violines primeros. Pocos. Toda la música romántica necesita más. Tener diez músicos más sería muy bueno.

-Desde un punto de vista personal ¿cuál fue su momento?

-En Bilbao, por ejemplo, al tocar "Vida de héroe", de Strauss. O "Leyendas", de Sibelius, un concierto espectacular. Y, lo dicho, Link up. Los niños son muy honestos en sus reacciones. Y de forma inmediata. Cuando disfrutan, para mi la música es una enorme alegría. Los chicos tienen así la experiencia de compartir emociones juntos. La música crea experiencias únicas. Para los espectadores es importante vivir juntos algunas cosas. En el caso de los niños es muy evidente.

-Oviedo, Gijón, Avilés...

-Es interesante alternar. El número de abonados en Gijón crece cada año. En estos momentos es el mercado más dinámico de Asturias para nosotros. Hay más gente joven. Y no tiene otra orquesta que presente conciertos en la ciudad de forma continuada. Son importantes las nuevas generaciones porque tienen una relación con el mundo muy diferente. Ah, nuestra presencia en las redes sociales me alegra mucho.

-También han ofrecido conciertos sociales.

-Claro, los conciertos sociales son muy importantes. La música ayuda a las personas con problemas físicos, de salud o marginados en la comunidad. Si están en la periferia de la sociedad se incluyen con la música. Ayuda mucho a encontrar caminos y espacios en la sociedad durante momentos de crisis. Cabe hablar casi de terapia musical.

-Volviendo a las carencias ¿qué destacaría?

-Falta siempre un poco de flexibilidad. Existimos gracias al apoyo del Gobierno regional. Los tiempos cambian. Creo que en los últimos siete u ocho años de crisis, los presupuestos van a menos. Una orquesta no puede ser recortada cada año. Si se quiere un nivel hace falta una plantilla completa. No sabemos que va a ocurrir la temporada que viene para así poder planificar con un presupuesto claro. Siempre es interesante presentar conciertos fuera de Asturias. Antes tocábamos en Madrid y otras ciudades. La OSPA debe ser la embajadora cultural del Principado y mostrar lo que hay aquí. Todos los directores y solistas invitados destacan el nivel de nuestra orquesta. Estamos en un rincón de España. En una zona un poco alejada de España y del mundo así que deberíamos estar más abiertos y mostrar lo que hay aquí, lo que se hace aquí.

-Comente el concierto de cierre de temporada y de aniversario.

-Va a ser espectacular. Combinamos las dos orquestas. Habrá 118 músicos sobre el escenario, casi un récord. La "Sinfonía alpina" es de las obras más bellas de Strauss. Necesitamos más eventos así. Podríamos hacer esto mismo dos veces al años al menos, con obras que no se pueden tocar si no se hacen con las dos orquestas juntas. La temporada ha sido muy diversa. Música coral, de todos los estilos, y contemporánea que es para nosotros muy importante. La tocamos muy bien y el público puede así disfrutar de la música de nuestro tiempo. No existimos solo en el pasado. Hay otras perspectivas muy interesantes.

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