El actor Adolfo Fernández (Sevilla, 1958) es el protagonista de "La flaqueza del bolchevique", una comedia trágica basada en la celebrada novela del mismo título de Lorenzo Silva, que fue finalista del premio "Nadal" en el año 1997. Pero Fernández no es sólo intérprete del espectáculo, también lo codirige, junto a David Álvarez, y también lo produce. La función está programada para este viernes (20.30 horas) en el club del Niemeyer.

-¿De verdad que la novela de Silva daba para una obra de teatro?

-Claro. Es una novela maravillosa, una historia de intriga que protagonizan dos personajes que pertenecen a mundos absolutamente diferentes. Un adulto con espíritu adolescente que hace tiempo que ha descubierto que su vida no es la que había planeado y una adolescente a la que le pasa lo contrario. No escucha a Justin Bieber y no está consumida por el mundo del cotilleo. Pero no se trata sólo de eso. También hay una raya que marca el qué dirán...

-Hay un señor mayor y una jovencita.

-Eso, pero también es una historia que empieza siendo muy divertida que comienza en el escenario de una accidente: el señor por un lado y la señora que representa lo que más detesta: el empirifollamiento, el descapotable de histérica. En ese ambiente aparece la adolescente y el hombre se deja cautivar por la nínfula. Comienza el bucle y la osadía.

-¿Cómo fue el paso de la lectura de la novela a la génesis de una obra de teatro?

-Leí el libro, me puse en contacto con David Álvarez, hizo la versión dramática, se la presentamos a Lorenzo Silva, buscamos a la actriz. Y hasta ahora.

-¿Y qué le parece al novelista?

-Tenemos la suerte de contar con un autor muy fan: nos ha visto en cuatro ocasiones. No pasa siempre.

-"La flaqueza del bolchevique" tiene muchas similitudes con "Lolita".

-No tiene tantas, no te creas. Hay una distinción principal entre las dos obras. La parte perversa que se trasluce en "Lolita" en "La flaqueza del bolchevique" no se da. Aquí el hombre maduro mantiene el pundonor del que carece Humbert Humbert. Mantiene los valores y eso genera una distancia entre las dos novelas. El protagonista de "La flaqueza del bolchevique" goza de una salud espiritual que no tiene el de "Lolita".

-Su apuesta por el teatro es subrayada.

-Entiendo que el teatro es una aventura artesanal que sobresale por su pequeño mercado. Nuestro montaje parece salido de un pequeño taller, pero es un gran espectáculo. Viajamos los dos actores, un tramoyista y un técnico de luces y sonido. Todos en una furgoneta, todos para defender una novela que tiene forma de comedia dramática y una conclusión que es trágica.

-No es la primera vez que se pone a dirigir.

-Ni la última. Dirigiré "En la orilla", de Rafael Chirbes, no tardando mucho, un gran espectáculo con el Centro Dramático Nacional y la nueva diputación de Valencia. Estrenaremos en el Teatro Principal de Alicante.

-¿Y Asturias?

-Que nos llamen, que vamos.