Ya es verano. El solsticio de junio dio paso a las 00.34 horas de esta pasada madrugada a la estación estival, que se prolongará hasta el próximo 22 de septiembre. El verano es tiempo de calor, de vacaciones y de descanso. Quizá por ello a su alrededor se han ido generando una serie de mitos o de medias verdades que conviene aclarar. Éstas son algunas de ellas.
1 ¿En verano hace calor porque la Tierra está más cerca del Sol? Falso. Precisamente en el verano del hemisferio norte la distancia del Sol a la Tierra es mayor. Las estaciones no están relacionadas con la distancia del Sol, sino que se deben a la inclinación del eje de nuestro planeta respecto al plano de su órbita elíptica alrededor de la estrella. El próximo día 4 de julio se producirá el afelio: el momento de su mayor alejamiento de la Tierra, unos 152 millones de kilómetros. La inclinación del eje de giro del planeta hace que los dos hemisferios sean iluminados desigualmente por el Sol. El momento en el que el hemisferio norte recibe la máxima iluminación solar se produce el solsticio, que marca el inicio del verano. En cambio, en el hemisferio sur la iluminación es menor y se produce el solsticio de invierno. En diciembre ocurrirá a la inversa.
2 ¿Hace más calor en verano porque crecen los días? También es falso. El hemisferio norte de la tierra sale de la época fría y oscura a lo largo de la primavera, por la inercia propia del calentamiento de la tierra, los océanos y de la atmósfera. Ese calor se va almacenando durante varios meses y cuando llegan los meses de julio y agosto el planeta ya ha desarrollado muchos procesos que absorben calor, por lo que éste se hace notar más. Esto mismo sirve, pero al revés, para explicar por qué el invierno es más frío que el otoño, cuando las horas de sol son aproximadamente las mismas en ambas estaciones.
3 ¿Es en verano cuando los días son más largos? Falso. Los días de verano no son más largos que los de la primavera, si atendemos a la duración del día solar medio. La jornada del solsticio de verano sí es la más larga del año y, en consecuencia, a partir de hoy empiezan a menguar las horas diurnas hasta el solsticio de invierno, que es el día más corto y que tiene lugar el 21 de diciembre. Así, por ejemplo, el 1 de junio, que es primavera, es más largo que el 18 de agosto, en pleno estío. Más ejemplos: tomando estrictamente las horas de luz, el 20 de junio tiene prácticamente las mismas que el 22, minuto arriba minuto abajo. Y el 21 de mayo, casi las mismas que el 21 de julio. Y el 21 de abril, las mismas que el 21 de agosto... Otra apreciación errónea es que hoy, día del solsticio de verano, es el que primero amanece y más tarde anochece. La jornada en la que el sol sale primero es la del 14 de junio, y la que más tarda en ponerse, la del 27 de junio.
4 ¿Las sombras son más cortas en verano? Es cierto si no cambias de latitud y comparas con el resto del año. Cuanto más al Norte, más larga será, lo que explica que en la Península las más alargadas se den ahora precisamente en el asturiano Cabo Peñas. Durante el solsticio de verano el sol llega a su posición de máxima altura en el cielo para el hemisferio norte, por lo que las sombras son las más pequeñas de todo el año. En el invierno ocurre lo contrario. El sol va bajando hacia el Sur y las sombras se alargan.
5 ¿El verano es la estación más larga del año? Tampoco es exactamente así. Depende del hemisferio en que uno se encuentre. La mayor duración de los veranos en el Norte se debe a la excentricidad de la órbita de la tierra. Tal y como establece la segunda ley de Kepler, la Tierra se mueve más lenta cuanto más lejos se encuentra del Sol -el afelio del 4 de julio- y más rápido cuanto más cerca está de él (perihelio). Esto provoca que los veranos sean algo más duraderos en el hemisferio norte y que pase lo mismo con el invierno en el hemisferio sur.
