La moda retro inunda las playas españolas este verano, con prendas y accesorios que cubren la piel de una manera delicada, pensando hasta el último detalle. Eso de bajar a tomar el sol a la arena con una camiseta un poco raída o los típicos shorts que llevan mil años en el armario no es nada recomendable esta temporada en la que brillan con luz propia los vestidos tipo túnica, tanto para el día como para la noche; los sombreros, panamá o similares, y las sandalias con un poco de tacón que estilizan y hacen auténticos milagros.
Los elementos tropicales pasan un buen momento. Los estampados de piñas y, por supuesto, las rayas marineras, no pueden faltar en la maleta. Una de las claves para ser la reina de la playa es buscar prendas bonitas para llevar con el bikini o el traje de baño, y que también puedan utilizarse para salir a cenar o a dar un paseo vespertino.
Los tacones aparecen por todas partes, incluso en chanclas y sandalias, que, si bien no resultan demasiado cómodas en la arena, son estupendas para almorzar o tomar el aperitivo en el chiringuito.
Las bolsas pierden protagonismo en favor de los cestos de rafia, aunque esos grandes bolsos rayados nunca pasan de moda. El blanco es otra de las tonalidades que nunca fallan. Queda mucho mejor cuando el bronceado ya se nota un poco.
En la playa hay que evitar llevar joyas por diversos motivos. El principal es que no resultan demasiado cómodas. Tampoco queda bien ostentar en un sitio de descanso y relax. Las que son incapaces de salir de casa sin llevar nada encima siempre pueden optar por esas pulseras de tipo étnico en madera o plástico.
Lo mismo ocurre con el maquillaje. Aunque lo ideal es ir con la cara lavada, los productos resistentes al agua son un buen aliado de la coquetería bajo el sol.
