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Escapadas

A solas con el ruido del Xiblu

Una ruta sencilla y tranquila hasta la cascada del río que cruza el hayedo de Montegrande, en Teverga

Dos senderistas a punto de llegar a la cascada del Xiblu, al fondo, en pleno hayedo de Montegrande. MARIOLA RIERA

Nada mejor que refugiarse en lo más profundo de Asturias y, a poder ser, rodeados de naturaleza para huir -si eso es lo que se quiere este fin de semana- del bullicio que se avecina con el que es el puente más festivo del año, el de las fiestas de Nuestra Señora y San Roque (15 y 16 de agosto), que se celebran en muchos rincones del Principado y del resto de España.

No es difícil ni hace falta ser un avezado caminante para disfrutar del silencio que proporciona la quizás poco conocida ruta a la cascada del Xiblu, en Teverga, a través del bonito hayedo de Montegrande, en plena subida al puerto de Ventana.

La caminata es un buen plan que ocupa, sin prisa, la mañana y algo de la tarde, y que se puede rematar con una visita al Parque de la Prehistoria en San Salvador de Alesga o a la Colegiata de La Plaza, en el mismo concejo. Todo muy tranquilo y sosegado, aunque por las fechas quizás sea mayor el número de caminantes que se animen a realizar esta ruta.

Además, con el buen tiempo que se anuncia, será más fácil disfrutar de la cascada y, por qué no, darse un baño en la pequeña laguna que se forma en uno de los tres saltos de agua. La dificultad de la caminata es baja y aunque en los meses de deshielo es cuando la cascada exhibe su mayor fuerza, este verano no se queda corta.

Sólo hace falta llevar calzado cómodo. El coche se puede dejar en un pequeño aparcamiento junto a la carretera que sube desde San Martín de Teverga hacia el puerto de Ventana, en la antigua Venta de la Puerca, donde hay paneles explicativos del trazado. La mayor parte de la caminata se hace por una pista ancha, con poco desnivel y que discurre a lo largo de tres kilómetros entre hayas, helechos y arándanos. Además, los primeros 300 metros están adaptados para personas con discapacidad física. El último tramo es quizás el más difícil: desde el río hasta llegar a la cascada (hay que cruzar un puente) hay un kilómetro con cierto desnivel, y en algunas partes se deben sortear piedras.

Pero el esfuerzo merece la pena. Poco a poco el sonido del Xiblu al caer se deja oír. Son tres cascadas sucesivas: la mayor supera los 30 metros de altura y en total alcanzan los 100. Sólo queda buscar un buen lugar donde sentarse a descansar, a comer algo y disfrutar de este espectáculo de la Naturaleza.

A la vuelta, si ha sabido a poco, se puede disfrutar de otro fenómeno natural: una ruta guiada para ver la lluvia de estrellas. Según los entendidos, esta noche es una de las mejores para ver las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo. En Teverga organizan una salida a partir de las 22.30 horas. Para ello hay que informarse en la Oficina de Turismo, donde se puede realizar la inscripción.

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