Todos, la clase media del mundo occidental desarrollado, nos hemos convertido en botijos. Y como los botijos somos contenedores que fueron muy útiles antaño pero que hoy están desfasados; hemos quedado en un rincón sin uso, frágiles y a expensas de una patada. Podemos rompernos en cualquier momento. Sobre esa imagen, el artista Cuco Suárez (Pola de Laviana, 1961) ha construido una de las tres instalaciones de gran formato con las que, después de cuatro años de ausencia, vuelve a exponer en Asturias. Y regresa por todo lo alto, al museo de Bellas Artes, con una muestra prevista para la próxima primavera que llevará por título "Crónicas geopolíticas".

El botijo como metáfora del hombre actual. Por tanto, como objeto que está siendo destruido. En esta instalación con decenas de botijos, Cuco Suárez -uno de los artistas más originales y rompedores del panorama artístico asturiano- intervendrá cada día, destrozando uno de esos botijos símbolo de la clase media. "Será una pieza violenta", advierte. Destrozará botijos. Y esa es su forma de expresar cómo se destroza la identidad de ese hombre anónimo, que en esta crisis vive "acojonado" bajo la "espada de Damocles de la incertidumbre". La pieza se llamará precisamente "Damocles". "Parte de la teoría de la conspiración, con la que están alienando a la gente a través del miedo. De alguna manera, mi trabajo de estos años incorpora un discurso sobre esa perversión de quienes gobiernan el mundo". Suárez busca que su obra impacte y que quede abierta "para que sea el propio espectador quien la complete". Incluso desde el desagrado que le pueda producir. Y si le desagrada, apunta, mucho mejor. Objetivo cumplido.

Suárez no quiere entrar al detalle sobre las características de las piezas que expondrá en el Museo de Bellas Artes de Asturias. Busca el efecto sorpresa. Sí apunta que una de ellas estará compuesta por un container de ataúdes y un vídeo titulado "Oriente Medio", que aborda "la manipulación y el reparto hecho por ingleses y franceses, a escuadra y cartabón, de esos países tras la segunda guerra mundial". Detrás se esconde una reflexión "sobre las guerras que se libran en nombre de Dios y de la paz", indica el artista. La instalación se titula "Aquí de nuevo".

La tercera instalación se llamará "Ladines", el pueblo de Sobrescobio donde reside el artista, es "una pieza geopolítica" que tratará de abordar "la imposibilidad de llegar a acuerdos, de entenderse, de conocerse". Será una pieza que incorpore las nuevas tecnologías y con la que el espectador tendrá que interactuar. "Habrá que hacer algo en la pantalla y la máquina no le va a dejar. Sólo lo podrán conseguir con el esfuerzo común", comenta.

Ese será la propuesta de Cuco Suárez que veremos en Asturias en la primavera. Antes, el próximo mes de octubre, expondrá en la galería Saro León de Las Palmas de Gran Canaria. Será una muestra que denominada "Don´t cry for me". "Trata sobre la velocidad a la que vivimos", indica el artista lavianés. Será una exposición "un tanto escatológica y goyesca" porque el elemento que utilizará para sus cuadros son los cuerpos de animales muertos que han quedado secos y aplastados en la carretera.

Animales aplastados

En los últimos tiempos Cuco ha ido recolectándolos para esta exposición, donde los va a convertir en el centro de sus obras, cubriéndolos de alquitrán. A través de estos cuerpos informes, exprimidos y resecos bajo el alquitrán ("Parece un infierno"), busca un camino para aflorar la idea de que "las personas nos estamos volviendo bulto, silueta. Nos vemos en las calles y no nos saludamos". La muestra de Las Palmas también incluirá piezas con la forma de su última obsesión artística: los botijos. A los ojos de Cuco Suárez cada uno de esos botijos-persona tendrá una personalidad gracias al color y al esmalte. El botijo dorado será el botijo-presidente en este universo artístico. Los demás, ya está dicho, somos vasijas ya sin función que un día acaban hechas añicos.