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Locos por la etiqueta

El aprendizaje de las normas de buena educación está de moda, hasta el punto de que hay quien paga casi 3.000 euros por un curso de dos días en Inglaterra

La condesa de Wessex, en Ascot.

¿Qué lleva a un joven a pagar casi 3.000 euros por un curso de dos días para aprender normas de etiqueta, o a unos padres a enviar a su hijo a un curso estival de quince días para que el retoño adquiera los usos y costumbres de la vida aristocrática?

En principio puede parecer descabellado y hasta un tanto absurdo en pleno siglo XXI; la realidad nos dice que el furor por las normas de etiqueta se extiende por el mundo, con especial parada en el Reino Unido. Y no es casual, en las Islas Británicas existen auténticas instituciones como Debrett's, la editorial reconocida como faro y guía en la etiqueta, desde la primera edición del manual de la nobleza que editó John Debrett en 1769.

La obra aún se imprime casi 250 años más tarde. A la vez, la firma se ha actualizado y hoy ofrece toda clase de posibilidades, que van desde cursos de realización profesional para triunfar en una entrevista de trabajo hasta charlas sobre cómo comportarse en las carreras de Ascot o el modo correcto de dirigirse a la reina y a los miembros de la familia real, por escrito, en público, en privado y en todas las modalidades habidas y por haber.

El Debrett 500, publicado anualmente en "The Sunday Times", es la "biblia" que elige cada año a los que más influyen en el Reino Unido. La guía para el caballero moderno, la dedicada en exclusiva a bodas y el manual de Debrett.

Los tentáculos de la firma se extienden por todo el mundo para clientes corporativos y privados que quieren progresar en las habilidades sociales. Los servicios de bodas ofrecen asesoramiento personalizado a novias que quieren lucir como la duquesa de Cambridge en su gran día. Por haber, hay hasta cursos sobre cómo celebrar el perfecto bautizo y, por supuesto, la pedida de mano más glamurosa.

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