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Puertas de entrada a la música clásica

Puertas de entrada a la música clásica

La música clásica es aburrida, anticuada, incomprensible. Cuántas veces escuchamos frases similares, que no hacen más que poner límites y cerrar puertas al conocimiento. Fuera barreras. La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) actúa frente a la indiferencia. O más bien, frente al rechazo inicial de lo que no comprendemos. Pero la música académica no es ningún enigma. Solo está en desventaja frente a otras formas musicales de consumo.

La clave es abrir puertas, como hizo el viernes la OSPA en su concierto de entrada libre, a modo de pretemporada. Su titular, Rossen Milanov, hizo de maestro de ceremonias. El director introdujo el programa del concierto, dando pistas para conducir el oído del auditorio de manera activa. Es una cuestión de actitud. La voluntad de querer disfrutar escuchando. Esto es imprescindible para aprender. O más bien, para apreciar la música, en el sentido más amplio. Porque la música clásica es un mundo cercano de posibilidades.

Claro que no a todos nos va a gustar Mendelssohn, uno de los compositores de inicios del romanticismo musical. Si bien, la interpretación de la OSPA del "Saltarello", de la "Sinfonía nº 4" del alemán, fue una de las mejores paradas por el balance de la orquesta y los detalles de una OSPA eficaz durante todo el concierto. La diversidad del gusto musical permite el avance en la creación e interpretación. Lo fundamental es generar expectativas en el oyente. Como se percibió en el anfiteatro, que respondió ante obras tan conocidas como la "Danza húngara, nº 5" de Brahms, con tiempos al límite para acentuar contrastes, o el preludio de "La Revoltosa" de Chapí, con sus temas inolvidables de zarzuela.

En ello influye la memoria musical, en cuanto al bagaje del público, para generar expectativas y descubrir cosas nuevas. Probablemente, este fue el caso de Grieg, representante del nacionalismo musical desde su Noruega natal. El auditorio enmudeció ante el lirismo de "La mañana", que incluye la "Suite nº 1" de "Peer Gynt", con maderas para el ensueño, en un efecto atemporal. Igual que en "La muerte de Ase", también de Grieg, a modo de espiral que consume, con gradaciones de intensidad muy expresivas en la OSPA. Su cuerda caló el viernes en el público, multicolor en la obertura de "Oberón" de Weber, y sus planos diversos en el rondó de la "Pequeña serenata nocturna" de Mozart, mientras la melodía avanzaba con fluidez.

En suma, la OSPA conectó a través de la música. Este era el objetivo de Milanov. También con las páginas más intensas del programa, como el último movimiento de la "Sinfonía nº 7" de Beethoven, exuberante y enérgico, casi incisivo; o el dramatismo de Chaikovski en la polonesa de "Eugene Onegin": un pórtico para la temporada oficial, que se inicia el día 14 de octubre con el primer programa titulado "Rusia esencial", y donde Chaikovski será el autor protagonista.

Emoción. Es una palabra que acompaña a la OSPA, y con la que se reivindica la capacidad emotiva y comunicativa de la música clásica, en diversas campañas. Lo primero es cruzar la puerta hacia la música, con la intención de disfrutar y luego apreciar el arte musical: un patrimonio cultural que inspira a vivir nuevas experiencias. Para ello no solo hay que probar. También conviene repetir. Nos vemos en los conciertos.

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