Fuera de Australia, el primer país donde se detectó el gorgojo fue en Sudáfrica. A Europa llegó en 1976 y a España, en 1991, en Pontevedra. Tres años después saltó a Asturias, donde ahora ocupa miles de hectáreas. Estos bichos se alimentan en su etapa adulta del borde de las hojas y cuando son larvas, de su parte más tierna. Daña el 15% de la producción de madera.