"Keep me singing" es el primer álbum de estudio de Van Morrison tras cuatro años.

"Fui el señor amabilidad demasiado tiempo, pero me di cuenta de que estaba equivocado y jugué el rol del perdedor; aquí estoy ahora ante tu puerta, de nuevo a la intemperie", lamenta en la piezas "Out in the cold again", corte sosegado al calor del piano.

Producidos por el propio "León de Belfast", trece son los temas que componen "Keep me singing", doce de ellos originales, compuestos e interpretados por Morrison, con la colaboración del letrista Don Black en "Every time I see a river".

Amigo de hacer suyas composiciones ajenas (como "I believe to my soul" de Ray Charles), esta vez versiona "Share your love with me", de Alfred Baggs y Don Robey, y conocido por las interpretaciones de Aretha Franklin y Kenny Rogers. Se trata de una versión inédita, grabada para un homenaje previo a otro histórico del soul, Bobby "Blue" Bland, sobre la que volvió a posar sus ojos, algo parecido a lo que debió suceder con el primer sencillo, "Too late", que pertenece al conglomerado de canciones que aguardan turno en sus cajones.

En la retaguardia, encauzando una voz que fluye contenida pero que sigue sonando brillante a sus 71 años, los mismos músicos que lo acompañan en sus conciertos, véase: Paul Moran al órgano Hammond, Dave Kerry a la guitarra eléctrica y Jez Brown al bajo, entre otros.

Cuando llega el tema que cierra el disco, "Caledonia swing", un corte instrumental en el que Morrison interpreta el piano y el saxofón, queda claro que éste es un compendio de canciones plácidas sin vocación alguna de audacia musical.