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Los primeros callos en La Manjoya

Amalia Cadavieco, al frente de los fogones de la sidrería Entrerríos, en Oviedo, sirve en su establecimiento una de las elaboraciones que le han dado fama

Detalle de ristras de panoyas en un hórreo en Bueño.

Hay algunos platos que en Asturias "arrastran" a sus seguidores allá donde cobren fama entre sus comensales. Algo así pasa cuando Amalia Cadavieco Álvarez hace saber a su clientela que, llegado el mes de octubre, ya comienza a servir "los callos" en su local en Llamaoscura, en La Manjoya (Oviedo), al que bautizó con el nombre de sidrería Entrerríos cuando se hizo cargo de este acogedor barín de pueblo, hará en enero 20 años. Desde octubre y hasta mayo es cuando se pueden degustar allí servidos en una pequeña olla de barro que les da, sin duda, su toque personal. Porque, además de cocinera con buena mano ante los fogones, es también mujer de pequeños detalles, de las que salen al comedor para preguntar al comensal si le ha gustado lo servido o, sencillamente, para saludar a quienes son su clientela habitual.

"Siempre se me dio bien la cocina, disfruto mucho cocinando y creo que eso se nota. Tuve además buena maestra, mi madre, Ángeles Álvarez, una persona muy vital que hasta hace poco aún me ayudaba con los callos", señala esta mujer de sonrisa afable y voz suave que se apasiona hablando, tanto de los platos tradicionales asturianos, como de otros nuevos, pero con una base tradicional, que también ofrece en su establecimiento. "Antes de servir los callos a veces pongo delante unos chipironinos al ajillo, que salen muy ricos, y a la gente le prestan", matiza ella, quien al tiempo recuerda que hoy su local dista mucho del que cogió hace años. "Hicimos una remodelación total, le sacamos la piedra, pusimos la chimenea, que presta mucho encender con el frío, y abrimos el comedor, que es pequeñín y acogedor", añade.

Allí, y con una capacidad para 28 personas, incluidas las mesas rojas de la zona del chigre, se sirve un menú entre semana con dos primeros, dos segundos y postres a nueve euros, que, además, también ponen para llevar. Luego tiene otros menús degustación como es el caso del que, al precio de 19 euros, permite elegir entre fabada o pote; escalopines al cabrales o cabrito, y arroz con leche o tarta. Otros dos menús degustación distintos, por un euro más, ofertan elaboraciones tan tentadoras como los crujientes de langostinos, tortos al cabrales con dulce o con picadillo; cachopo, creps de vieiras y gambas, ensalada de cecina y queso de cabra o entrecot de ternera. Eso para empezar. Y eso que, como dice la propia Amalia, cuando abrió la sidrería Entrerríos, "al principio era para poner callos y unas tapinas, pero luego fui ampliando producto, y hasta ahora", matiza.

También tiene en su carta, y junto a sus callos, el bacalao "Entrerríos", otra de sus especialidades, aderezado con una crema de verduras y patatas panadera; los mejillones de la casa y el cachopo "Entrerríos", eso junto con una carta de tapeo donde no faltan el picadillo casero, los chipirones especiales de la casa, costillas al ajillo, entremeses calientes, manos de cerdo ni churrasco a la plancha.

Además de aparcamiento cuenta con una terraza muy agradable con prao donde se puede ir con el perro, quien lo tenga, aunque eso si, no hay servicio de mesas y hay que ir a pedir a la barra. Los viernes y sábados es conveniente reservar en el 985796106. Cierra el domingo por descanso.

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