Una puerta, como las de la serie "El Ministerio del Tiempo", se abrió durante estos últimos meses para estudiantes de 46 centros educativos asturianos que viajaron al mundo clásico. Allí conocieron a Sócrates. Vieron la construcción del Panteón. Encontraron similitudes entre los políticos romanos y los de ahora. Viajaron y se empaparon de historias donde aprendieron lecciones que no tardaron en relacionar con el presente.

Seis alumnos "griegos" en un lado y seis "romanos" en otro, con sus togas y su rama de laurel pero también con sus gafas, ortodoncia y "piercings", hicieron ayer el pasillo de bienvenida a Mary Beard, premio "Princesa" de Ciencias Sociales, en el IES Pérez de Ayala de Oviedo. "Buenos días", saludaba ella entusiasmada, diciendo alguna palabra en castellano que quizás había aprendido del libro con el que llegó a Oviedo ("Easy Spanish. Step-by-step", "Español fácil, paso a paso"). La historiadora, "encantada", participaba en la actividad "Toma la palabra" que la Fundación Princesa de Asturias había programado en su honor en centros educativos.

Y vaya que si tomaron la palabra. La primera en hacerlo fue la profesora María Luz Cienfuegos, del IES Doña Jimena de Gijón, que resaltó la importancia de este "Princesa" al conseguir poner el foco de atención sobre el mundo clásico. Cienfuegos aprovechó también para poner la nota reivindicativa en el evento y rechazar la situación "siempre precaria" de los estudios clásicos, en particular, y de las humanidades, en general. Estudios que se encuentran en riesgo de perderse entre tanta reforma educativa. "¿Alguien cree que es difícil el latín? Pues es que no se ha leído la LOMCE", afirmó.

Todos los chavales que participaron en las actividades lo hicieron también "encantados". Y todos quisieron buscar un tema interesante para responder al reto que les había lanzado Mary Beard: "Te invito a que tú también te conviertas en reportero del mundo clásico". "Os lanzasteis a la aventura. Unos habéis asistido a alguna convulsa reunión del imperio romano para comprobar que aquellos políticos no eran tan diferentes a los de ahora. Alguno ha caído en la cuenta de que la situación de las mujeres, ancianos y niños que quedaron en tierra de nadie durante la batalla de Alesia no dista mucho de la situación de los refugiados actuales". Incluso uno de sus alumnos comprobó que lo de irse a Alemania a trabajar ya lo había hecho el legionarios asturiano Pintaius. Pero 2.000 años atrás. "Gracias a esta aventura muchos habéis descubierto una puerta que comunica la antigüedad clásica con el mundo actual", afirmó Cienfuegos.

Como "herencia viva de los clásicos", algunos estudiantes hicieron preguntas a Mary Beard. Como Ainhoa, del IES Doña Jimena de Gijón, que preguntó por qué se repetían tanto los nombres de los romanos -hay muchas similitudes, pero a veces los nombres esconden un mote dentro que los individualiza, respondió Beard-. Otro alumno, Abel, se interesó por la similitud que hay entre la emigración actual y las que hubo en el Imperio Romano.

Varios alumnos se interesaron por la situación de la mujer en la época clásica. "Si hay alguien, sobre todo mujer, que piense que sería fácil vivir en el mundo romano, que se olvide", decía una risueña Mary Beard. La premio "Princesa" de las Ciencias Sociales reconoció que una de las que más le inspiran -teniendo en cuenta que sólo hay información sobre algunas de las más pudientes, el resto han quedado en el olvido- fue Livia, la mujer de Augusto. "Fue muy astuta y queda muy mal representada en la Historia", incidió. También reconoció sentir una especial debilidad por Allia Potestas, una mujer que convivió con dos hombres -poliamor a la romana-hasta que, al morir ella, cada uno se fue por su lado. En su epitafio dice algo como "en este hogar de tres, ella era la primera en levantarse y la última en acostarse", lo que Mary Beard traduce como que era la que trabajaba en casa. "Como veis, sigue todo igual", dijo.

También afirmó que su escritor favorito era Tácito, un hombre "cínico y desagradable", al que no le hubiese gustado conocer personalmente, pero sí leer, por cómo trató la corrupción y los temas políticos. Su frase favorita de él es cuando describe la conquista de Gran Bretaña: "Llegó Roma, creó un desierto y lo llamó paz". "Creo que esto no difiere mucho de lo que sigue ocurriendo hoy en día. Creo que estamos todavía en el Oeste, yendo hacia Oriente, creando desiertos y llamándolos paz".

La premio "Princesa", que también reconoció que las brutalidades de los romanos fueron un caldo de cultivo para la cultura -"la buena cultura no nace de la buena gente", dijo- se quedó un buen rato firmando ejemplares que recopilaban los 267 relatos narrados por 444 estudiantes de los 46 centros participantes. También ella se llevó su ejemplar a casa. Quiere enseñárselo a sus alumnos.