La galardonada con el premio "Princesa de Asturias" de Ciencias Sociales ha mantenido hoy un encuentro con alumnos y profesores en la biblioteca del campus de Humanidades de Oviedo. Sin perder la sonrisa y haciendo gala de sus conocimientos de castellano la historiadora británica ha repetido en varias ocasiones que está encantada de estar en Asturias y que el paisaje le recuerda mucho a Inglaterra. A preguntas de los asistentes ha desvelado por ejemplo que su amor por la cultura clásica viene de una visita que hizo con su madre al museo británico cuando sólo tenía 5 años.

Entonces se quedó prendada de las columnas del Partenón y decidió dedicarse a la investigación. Dice que los avances científicos deben ir de la mano de la historia y espera que el premio Princesa de Ciencias Sociales sirva para hacer más visible el papel de las mujeres en campos como el suyo. Muy activa en las redes sociales ve más ventajas que inconvenientes en la red a pesar de los ataques que ha sufrido en varias ocasiones.

El reto de las investigaciones arqueológicas es descubrir como vivían los miembros de las clases más desfavorecidas ya que los restos que quedan nos dan la imagen de un modo de vida acomodado que no era el más común.