La semana decisiva para preparar una gran prueba grande, un entrenamiento de Javier Gómez Noya incluye 25 kilómetros de natación, 400 de bicicleta y 120 de carrera a pie. "El talento es importante, pero sin esfuerzo no se consigue nada", señaló el premio "Princesa de Asturias" de los Deportes a los representantes de los 29 clubes de triatlón que hay en Asturias en un encuentro en las instalaciones del Club Natación Santa Olaya. "La clave para triunfar es marcarse una progresión lógica con objetivos asequibles", indicó antes de recalcar, a jóvenes, adultos y algún que otro socio del club deportivo gijonés, que la clave para triunfar es no vivir de las rentas del pasado: "Es fundamental saber adaptarse. Cada año hay que empezar de cero. No se puede pensar en vivir del pasado. Me gusta ser muy crítico conmigo mismo para saber lo que puedo mejorar y pulir detalles", comentó en su visita a la sede del club gijonés.

El triatleta, que recibirá pasado mañana el Premio "Princesa de Asturias" de los Deportes en Oviedo, mantuvo un encuentro sencillo, cercano, práctico y didáctico. Un momento en el que Noya recordó sus inicios, sus esfuerzos para llegar a lo más alto, y se sumó a la necesidad de pedir más ayuda y más implicación para un deporte que cada vez cuenta con más adeptos. En el caso de Asturias hay 430 triatletas federados entre los 29 clubes que se reparten por Gijón, Oviedo, Avilés, Gozón, Castrillón, Castropol, Cangas de Onís o Infiesto. "Nos viene muy bien este reconocimiento y su presencia aquí para enganchar a la gente. El año que viene esperamos organizar quince pruebas de triatlón en Asturias", señaló Ángel Fernández, nuevo presidente de la Federación Asturiana de Triatlón.

En el coloquio de Noya con los deportistas asturianos estuvo una de las pocas personas que puede presumir de haberle ganado en España: Fernando Barroso. El gijonés lo hizo en Castropol en 1998, en categoría cadete, en la primera prueba de Noya. "Es un premio que sirve para abrir el campo del triatlón a mucha más gente, que los aficionados le conozcan, y se animen a seguir practicando el triatlón", comentó Barroso. La prueba de Castropol fue la primera de una larga trayectoria para Noya, que comenzó con once años a practicar la natación, y que a sus 33 años cuenta en su palmarés con cinco títulos mundiales y la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres, entre otros éxitos.

Suizo de nacimiento, aunque afincado en la localidad gallega de Ferrol desde que tenía tres meses, Noya ha vivido por y para el deporte. Pero siempre siguiendo una organización. "Existe tres pilares en el deporte de élite: el entrenamiento, la alimentación y el descanso. Si falla alguno de esos apartados se ve afectado el rendimiento", comentó. El ferrolano bromeó con el hecho de que se encuentra en pretemporada y ayer se pudo comer un cachopo en su estancia en Asturias. Pero también resto importancia al hecho de obsesionarse con la dieta o descuidar la alimentación. "Mi consejo es comer suficiente, variado, sano y productos de calidad. La gasolina que le das al cuerpo es clave para competir".

Su presencia en Asturias sirve también para promocionar un deporte al que poco a poco le va perdiendo el miedo los amantes del deporte. Jesús Fernández, responsable del equipo de triatlón del Club Natación Santa Olaya, le trasladó la afición a este deporte que hay en la ciudad. Y Noya, ante los presentes, se mostró contento por el aumento de las practicantes del triatlón, pero pidió prudencia: "Se debe hacer de forma responsable, con criterio y con un cierto orden. Hay que ponerse en manos de una entrenador profesional. No se deben hacer locuras ni temeridades".

Noya participó ya en varias ocasiones en pruebas nacionales celebradas en Gijón. Agradeció que en la región haya pruebas de prestigio como el Campeonato del Mundo que acogió Avilés recientemente, ya que todo eso suma un valor añadido en la promoción del triatlón. "Asturias es un entorno ideal para practicarlo, hay montaña y sitios llanos para la bici, buenas zonas para correr, y grandes instalaciones para practicar la natación", apuntó.

Los pasados Juegos Olímpicos de Río se los perdió por una caída en un entrenamiento previo a la cita de Brasil. "Me iban muy bien esa carrera", resalta antes de explicar las condiciones que le beneficiaban: "Era un circuito duro y con calor, que podía ser el punto débil de los hermanos Brownlee". Pero como siempre, Noya prefiere ver el lado positivo y sacar una aprendizaje para el futuro: "Le di un descanso al cuerpo que necesitaba después de muchos años sin apenas descanso".

El premio "Princesa de Asturias" de los Deportes a reconoció que la natación es la disciplina que le ha costado más siempre: "Lo trabajé desde edades tempranas y he llegado al mismo nivel que la bici y la carrera, que ya de joven ganaba casi sin entrenarlo. La clave es no tener puntos débiles". Y mandó un mensaje tajante a los practicantes de un deporte que ha convertido en su mayor pasión y modo de vida: tolerancia cero con el dopaje. "Si haces trampas en un circuito acortando su recorrido hay que sancionarlo. Pues el dopaje es igual. Toda lucha es poca, hace poco veía una declaración de un deportista que decía que se invadía nuestra privacidad por tener que estar todos los días disponibles. A quien no le parezca bien que se dedique a otra cosa, porque no podemos dar esa mala imagen. Y soy partidario incluso de que las sanciones fuesen más duras, ya que a algunos les compensa los dos años de sanción", subrayó Javier Gómez Noya.