La historiadora de la Antigüedad Mary Beard, premiada con el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016, ha reivindicado en su discurso en la ceremonia de entrega de los premios la importancia de conocer la Historia para ser capaz de "pensar de forma histórica". En su opinión, no serlo hace que "seamos todos ciudadanos empobrecidos".

Beard, que ha pronunciado sus primeras palabras en castellano, agradeciendo el "honor abrumador" de recibir el premio, ha arrancado un aplauso entre el público asistente al finalizar su introducción diciendo: "ese es mi español". Ya en su lengua materna, el Inglés, se ha referido además a su visita a la villa romana de Veranes del pasado martes, donde ha visto "un claro ejemplo de la mejor forma de concebir la historia".

Así, entiende que la historia no es un tema reservado a "unos pocos profesores solitarios encerrados en sus bibliotecas", sino que debe ser una actividad ciudadana, "comunal y compartida" en la que todo el mundo pueda participar. Y ello porque la historia "no es simplemente sobre el pasado", sino que entabla una conversación entre el presente y el pasado.

No obstante, ha matizado que eso no implica que se puedan aprender lecciones directamente de la historia porque "no es un libro de respuestas a los problemas actuales". Más bien "nos enseña acerca de nosotros mismos, desafiando nuestras certidumbres culturales y abriendo nuestros ojos a distintas perspectivas".

Conocer la historia, ha dicho, alienta "cierta humildad cultural" y permite observar los progresos que se han ido produciendo, por ejemplo, en materia de derechos de las mujeres. "A pesar de todo el trabajo sobre los derechos de las mujeres que aún queda por hacer, no hay ninguna mujer en el planeta que elegiría volver a la antigua Roma a menos que estuviera segura de tener un billete de vuelta", ha señalado.

La premiada, que ha agradecido el galardón asegurando que es "un honor abrumador", ha querido recibir el premio en nombre de todos los profesores, académicos y escritores "que trabajan duro para hacer que nuestra conversación con el mundo antiguo sea tan viva, cautivadora y gratificante". Entre ellos, se ha dirigido especialmente a las "personas excelentes" que ha conocido esta semana en Asturias.

Ha compartido además la distinción con el pueblo romano, esa raza antigua que, "a pesar de lo brutales, imperialistas y misóginos que eran", desafía con su literatura todavía hoy y cuyas leyes y política "informan las nuestras". Sus rastros, ha explicado, "se encuentran literalmente debajo de nuestros pies".

"Debo añadir que lo he pasado bárbaro buscándolos justo debajo de la superficie de la tierra de Asturias, cuando visité este martes la villa de Veranes", ha señalado.