Lluís Pasqual, fundador del Teatre Lliure de Barcelona y actual director, está encantado con el "Princesa de Asturias" de las Artes al ser un premio a una actriz como Nuria Espert, pero también al teatro. "Es un premio al talento, a la generosidad, al tesón. A la valentía, al riesgo. Son palabras que forman parte del ADN de Nuria Espert", señaló ayer en el hotel de la Reconquista.

Pasqual no sólo coincide con la galardonada en el amor por el teatro. También lo hace en algunas de las opiniones que la actriz ha vertido sobre la cultura y la política estos días. "Estamos todos pendientes de saber qué ocurre. Parece que lo de la política y la sociedad no nos afecta, y no sólo no es cierto, sino que somos el reflejo de lo que ocurre en esa sociedad. La angustia de nuestra ciudad se refleja siempre encima del escenario", dice. También cree que la cultura no importa demasiado en política: "En la última campaña electoral hubo un solo político que, dos días antes de las elecciones, pronunció la palabra cultura. No lo había hecho nadie. Nunca".

Para el director del Teatre Lliure, cultura y educación van de la mano. "La cultura es educación. Es la única manera humana de relacionarnos. Si no apoyamos ese caldo que nos une a todos estaremos muy solos. Es un antídoto contra la soledad. Y de toda la cultura, posiblemente el antídoto más grande es el teatro. Se hace en compañía de alguien, como colectivo. Las salas ni siquiera son muy cómodas. Uno siente los codos del espectador, porque el teatro sirve para acompañar y para crecer".