En "Revengeance", el nuevo filme de Bill Plympton, realizado en esta ocasión a cuatro manos (ni una más) con Jim Lujan, la Casa Blanca está ocupada por un auténtico villano, un hombre sin escrúpulos y ansioso de poder. El paralelismo con la realidad es demasiado jugoso, aunque el proyecto de Plympton y Lujan es anterior al advenimiento de Donald Trump. "No fue una fuente de inspiración para nosotros porque el proyecto era anterior y porque, en definitiva, no es el primer presidente de Estados Unidos corrupto. Ahora bien, la corrupción del malo de 'Revengeance' y de Trump es bastante similar, están a la par", concede el cineasta.

Tener a Plympton en Gijón, apenas dos años después de la retrospectiva que le ofreció el Festival Internacional de Cine (FICX) es un lujo. Por su talla, ya que se trata de uno de los verdaderos maestros de la animación, pero también porque es tan divertido como sus películas, y por su cordialidad. "Estoy encantado de estar de vuelta en Asturias. Tras mi anterior estancia aquí, donde además pude conocer a dos de mis ídolos como son Richard Lester y Terry Gilliam, tenía claro que quería volver y presentar aquí 'Revengeance'", revela.

Jorge Iván Argiz, programador del certamen gijonés, confiesa además que su intención era traer otra película adicional de Plympton, el mockumentary (falso documental) "Hitler's Folly", que especula con una posible trayectoria alternativa del dictador como director de animación, en competencia con Disney. Mas la decisión del cineasta de distribuirla directamente, y de manera gratuita, en internet a través de su web personal frenó esa iniciativa.