El director, productor y guionista Juan Vicente Córdoba (Madrid, 1957) concluye hoy el taller "El trayecto del corto al largo (Estrategias para conquistar un Goya y realizar tu ópera prima)" que desde el lunes imparte con motivo del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) en el salón de actos del Acuario. Córdoba, ganador de un Goya como productor del corto "Una caja de botones", cuenta con cinco nominaciones a la estatuilla de la Academia de España con títulos como "Entrevías", "Yo soy de mi barrio", "Aunque tú no lo sepas" y "Flores de Luna".

-Estrategias para conquista un Goya. Dicho así parece fácil.

-El taller lo reconvertimos en función de los alumnos, ellos marcan la dinámica. Viendo sus trayectorias y necesidades transformamos el contenido del curso. En este caso más que en estrategias hemos derivado en el trayecto del corto al largometraje, de esa necesidad de hacer tu primera ópera prima y cuáles son los cambios para producir un largometraje.

-¿Cómo se está desarrollando el taller?

-Analizamos la construcción de un guión, dirección técnica, de actores y abordamos el terreno de la producción, de cómo acceder a las ayudas a través de diferentes entidades como el ministerio de Cultura o la Comunidad Autónoma así como las ventanas de difusión. Hoy (por ayer) hablamos especialmente sobre el género del cine documental y de las corrientes más importantes gracias al visionado de películas que fueron rompedoras. Es muy enriquecedor.

-El trayecto del corto al largo, ¿influye la edad en el proceso?

-Nunca. En el Festival de Cannes, un cortometraje español, dirigido por Juanjo Martínez, ha ganado por primera vez en la historia la "Palma de oro, un director que tiene 50 años y durante mucho tiempo ha hecho cortometrajes y, entre medias, largometrajes. Yo empecé con cortos y luego he hecho varios largos de ficción y documental. Es cierto que el 90 por ciento de los que empieza lo hacen por los cortos pero la edad es muy relativa en esto. La única diferencia entre un corto y un largo es la duración, son películas con la misma complejidad solo que para unas necesitas 90 minutos y otras puedes contarlo en 15 minutos.

-¿Es un trayecto con retorno?

-Así es. Depende de la necesidad como autor de querer expresar una idea, una historia. En el mundo del cortometraje uno se siente más libre e independiente a la hora de realizarlo porque no tienes unas obligaciones comerciales ni hay tanta presión.

-¿Qué situación atraviesa el cine español?

-Desde que se democratiza la manera de hacer cine en todo el mundo, con las cámaras digitales y la cantidad de ventanas que se abren, hace que haya cada vez más cineastas, o intentos, de personas que quieren hacer cine. Hay mayor visibilidad a través de las películas que se estrenan y también de exhibición. Llegar a profesionalizarte y vivir de la profesión es difícil, no todo el mundo llega pero hay más facilidad de la que había hace unos años. Es un momento bueno de aliento del cine español.

-¿Influye la suerte?

-Hay un poco de todo. Si tienes un gran talento de una manera u otra explosiona y acaba por salir a la luz. Es cierto que no todos los años sale un Alejandro Amenábar. Hay una suerte de cineastas con obras poderosas que les cuesta mucho más llegar porque en el momento determinado no hay productores o financiadores para todo el mundo. Ahí sí entra la suerte, por ejemplo a la hora de coincidir en un festival con un productor, le conoces, hablas con él y le mandas tu guión y le gusta, pero en cambio si él llega dos días después que tú y no se encuentra contigo y se ve con otro ahí sí influye la suerte.