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PABLO UND DESTRUKTION | Músico

"Estoy bien después de años de locura total"

"Hay que actualizar a Bakunin; el sometimiento por miedo que hacía la Iglesia ahora lo hacen corporaciones audiovisuales"

Pablo Und Destruktion, en Oviedo, la ciudad donde vive. LUISMA MURIAS

Pablo Und Destruktion (Pablo García Díaz, Gijón, 1984) lleva un año que no para. Hace dos semanas hizo 5.000 kilómetros actuando por media Europa. El 1 de diciembre tocará con el inglés Mute Swimmer, a las 21.30 horas, en La Lata de Zinc, Oviedo.

-Estoy bien después de años de locura total: 32 años en esta Tierra y 5 con Pablo Und Destruktion, entre las experiencias personales que me hacían componer y la recepción de esas composiciones, tan mala al principio. Ahora que está normalizado es como si hubiera pasado años cargando con unas pesas y, de pronto, las hubiera quitado.

-¿Por qué locura total?

-Cuando abres la caja de Pandora de convertirte en artista desde la nada no tiras de la técnica y de los estudios sino de la neurosis. La experiencia artística es un proceso de sensibilización, llegas a un pico -los grandes mártires del rock and roll quedan ahí- y luego aprendes una insensibilización que te permite seguir por otros caminos.

-Está en CNT y llegó a las disciplinas artísticas militando en CGT. ¿Cómo era usted?

-Un querubín del barrio La Arena que estudió en el colegio del Piles y en la Laboral y sacó algunos notables. Nunca le hice asco a las peleas, pero para defender a los pringados. De pequeño escapaba del recreo, iba a la iglesia de Somió y me sentaba. Decía a mis padres que había que ir a misa. Lo pasaba como Dios en la iglesia de Cabueñes, que llevaba el cura del Piles, un buen paisano.

-¿Qué le gustaba?

-Era una misa popular donde veía a los amigos y luego íbamos a la Carbayera a tomar un pincho, era una forma de compartir por medio de lo emocional. Mi música ahora trata de recuperar esa sensación olvidada de comunidad en torno a lo emocional. El arte debe hacer eso. Las tradiciones milenarias que han organizado simbólica y racionalmente la sociedad no pueden ser sustituidas por la nada, ir a comprar o pillar una borrachera de fin de semana. Hice la comunión en la iglesia y la confirmación en CGT.

-¿Qué le enfadó con Dios?

-La muerte de mi abuelo Faustino, primera de mi vida, cuando tenía 12 años. A los 16 me enteré de que él había aprendió en CGT a leer, escribir y estar con chicas. En El Llar, la "distri" de la Casa Sindical, estaban los fondos del Ateneo Libertario -Ortega, Darwin, Kropotkin- y cientos de casetes y cedés. Llegué a "Joy Division" y Nick Cave por grupos de punk chileno que los imitaban y cantaban en mi idioma.

A los 18 años sacó canciones garageras con la guitarra de su primo. En su tercer curso de Veterinaria, en Lugo, tocaba en un bar junto al barrio de putas, donde paraban los presos de la cárcel de Teixeiro de permiso.

-Hasta que murió mi madre. Mi padre era profesor de Biología en la Laboral y mi madre, dependienta en la tienda de telas El Tritón. Se creyeron los noventa, no se conformaron con ser clase trabajadora digna y abrieron una agencia inmobiliaria que cerró en 1997. Con la ruina, mi madre tuvo una depresión de caballo -según los médicos "endógena, sin causas aparentes"- que trató con Agreal. Tuvo un tumor cerebral y para el hoyo. Hay una asociación de afectados de Agreal, que produce cáncer cerebral. Acepto que la gente muere, pero a mi madre -Yuyi- la mató el capitalismo, hasta cierto punto, con sus expectativas equivocadas.

Acabó el ciclo de Veterinaria y marchó a Barcelona a hacer un curso puente para Comunicación Audiovisual, carrera que terminó en la Carlos III de Madrid.

-Aprendí un pensamiento crítico sobre la comunicación. Hay que actualizar a Bakunin. Lo que se achacaba a la Iglesia, someter a la población por la doctrina del miedo, ahora lo hacen las corporaciones audiovisuales.

En Madrid estuvo en Medialab Prado, centro de arte puntero que fue "un 'think tank' para Democracia Real Ya y Podemos. Empecé Pablo Und Destruktion a las dos semanas del 11-M de 2011".

-¿Ya conocía a la cantante alemana Fee Reega?

-Sí. Decidimos ir a vivir a Berlín y al llegar allí recibí un hachazo personal, cosas de pareja que están en mis discos, y encontré el retablo de las maravillas mirando con un ojo al fundamentalista islámico y con el otro al moderno puesto de éxtasis haciendo el canelo en mitad de la calle. Iba para quedarme y duré quince días. No dormí ninguno.

-Acabó en Morvís.

-Una aldea de Villaviciosa con tres habitantes, pagando 150 pavos al mes por una casa. Fee volvió de Berlín al medio año. Grabé "Animal con parachoques" y se me abrió otra posibilidad de vida. Viví tres años con 300 euros al mes y la peor huerta del concejo, pero no gastaba nada. Me ayudó mucho Jose, de la Caja Negra. Con el salario de dos meses de redactor de TPA para el Oriente grabé el vinilo e hice 80 o 90 conciertos de juglar por Europa. Cuando regresó de Costa Rica la chica que nos alquilaba la casa del pueblo vinimos al piso en Vallobín de mi abuelo anarquista, en ruina, y lo arreglamos.

Grabó "Sangrín", un elepé más pensado, teloneó a Nacho Vegas en Sound Isidro, fichó por Discos Humeantes, empezó a llevar banda y se casó con Fee "en un intento de consolidar la relación porque había y hay mucho amor, pero no todos los amores deben tomar forma de matrimonio. El matrimonio reventó al año y grabé 'Vigorexia emocional'".

-¿Cómo es su cuarto elepé?

-Primero hice el texto -será libro también con disco en solitario-, a medio camino de poesía y teatro contemporáneo, y en el proceso salieron una decena de canciones para el disco con banda.

-¿Qué ha querido hacer?

-Una reflexión sobre la música y las artes escénicas como cultos por esta vuelta mía a un pasado ideal. Leí sobre la idolatría, de la que se acusa a Occidente, uno de los pecado más graves en nuestra tradición. En Bataclan los asesinos dijeron "estáis adorando a un dios falso". Hice cuatro actuaciones para amigos con invitaciones personales para una ceremonia, lo que me conecta con las misas y con el anarquismo.

-¿Cómo lo ha organizado?

-En cinco actos que son los cinco pasos de la confesión cristiana. La Biblia dice "confesad los pecados los unos a los otros porque la confesión de los justos es el mayor poder". Es lo que me hace estar bien, como dije antes.

-¿Se ha dado la absolución?

-La justa y real. Volví al surf, se me quita la dermatitis y vuelvo a amar, que es de lo que trata todo.

-¿Aún "cavaría un túnel desde Asturias al infierno"?

-Ahora me apetece más hacer catedrales que túneles.

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