Imagínense al Papa, ataviado con sus blancos e impolutos ropajes, sentado en el butacón que preside su despacho y con el aspecto de un hombre de mediana edad que podría ser nombrado "persona más sexy del año", explicándole a su jefa de publicidad, mientras da una calada a su cigarrillo con gesto desafiante, que no quiere que la gente vea su rostro ni que ningún medio difunda su imagen. Chocante, cuanto menos. Pues bien, esta escena es solo un ejemplo de lo que podemos encontrar en "The Young Pope", la ficción dirigida por Paolo Sorrentino ("La gran belleza"), disponible para ver en España a través de la cadena HBO. No desvelaré más detalles, para no estropear las desconcertantes sorpresas de la incursión televisiva del director y guionista ganador de un Oscar. El italiano nos presenta una historia original y mordaz en la que mezcla humor negro y surrealista en una narración capaz de arrancar al espectador sonrisas prohibidas e incómodas. La serie se atreve a mostrar al Papa, una figura supuestamente intocable, como una persona arrogante, egocéntrica y políticamente incorrecta en todos los sentidos. Cuidado, esto no quiere decir que vaya a romper con todo lo establecido en pos de la modernidad, porque, en contra de lo que podríamos esperar, también es conservador. La serie arranca con una escena onírica, tirando a perturbadora, y los primeros momentos tras el nombramiento del que será el primer Pontífice estadounidense y el más joven hasta el momento. El protagonista, encarnado por un Jude Law sobresaliente, es el atractivo e inquietante Lenny Belardo que, bajo el nombre de Pío XIII, asume el Sumo cargo aupado por poderosos cardenales, que ven en él una cara que quedará bien en las fotos y un títere al que dominar en la sombra. Lo que ni ellos, ni el público se esperan es que Belardo tiene, además de un carácter ingobernable, otros planes muy diferentes para su papado. Seremos testigos de como la supuesta marioneta se vuelve un ambicioso líder capaz de silenciar al más poderoso de sus allegados. Le acompaña un reparto en el que brilla Silvio Orlando, en el papel de su antagonista, el cardenal Voiello, y en el que figuran también Diane Keaton, como la monja que le acogió cuando era niño, el veterano James Cromwell, su mentor, y representación española de la mano de Javier Cámara, que interpreta al cardenal Gutiérrez.

Con diez capítulos en su primera temporada, "The Young Pope" no se muerde la lengua. En cada conversación que mantiene el Sumo Pontífice es imposible no estar esperando la respuesta irónica o brutalmente directa con la que va a castigar a su interlocutor. Sorrentino se estrena en la pequeña pantalla con una historia que ensalza a su protagonista como el vivo ejemplo de la contradicción: una cara angelical con una lengua viperina, un aspirante a santo con tendencias megalómanas, un jefe de la Iglesia que no está seguro de si cree en Dios. Toneladas de incorrección, en resumen, que resultan endemoniadamente divertidas.