Se llama BocciAPP y es un videojuego adaptado a las personas discapacitadas. Surgió de la colaboración entre matemáticos e ingenieros, con sabor asturiano. Las matemáticas las puso, por así decirlo, la Cátedra de Inteligencia Analítica de la Universidad de Oviedo, dirigida por el profesor Santos González, y la ingeniería, la empresa Wildbit Studios, con la inestimable colaboración de quienes van a ser usuarios del juego, la Confederación ASPACE con sus dos centros en Asturias de atención a personas con parálisis cerebral.
Junto a ellos, los representantes de la Fundación Vodafone, que mantienen una larga tradición de colaboración con la Facultad de Ciencias de la Universidad asturiana. Su director general, Santiago Moreno, estuvo ayer en Asturias.
Con estos mimbres no es de extrañar que el auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, haya sido ayer escenario de la presentación nacional del nuevo producto, y lo hizo pasando una auténtica prueba de fuego, la gente joven usuaria de los centros de ASPACE en Oviedo y Gijón. Cada uno de ellos y de ellas con necesidades distintas de adaptabilidad a la hora de dirigir y controlar la fuerza y dirección de las bolas.
Porque de eso se trata. El boccia es un juego que se remonta al Imperio Romano, convertido en actividad deportiva para personas con discapacidad y elevado a deporte paralímpico. Quien no haya asistido nunca a una demostración, la mejor pista que se le puede dar es que es muy parecido a la petanca. Bola blanca pequeña, y dos equipos que tratan de acercar sus bolas rojas y azules lo más posible a la bola de referencia.
Laura Sánchez, usuaria del Centro Aspace Asturias, en Latores, fue capaz de jugar -y hacerlo bien- controlando la actividad frente a la pantalla de ordenador y con ayuda de un botón instalado en la cabecera de su silla de ruedas. Jugar con la cabeza, en el sentido más literal posible. Muy cerca de ella, Marcos Muñiz acercaba bolas controlando el mando de juego con el mentón. Se trata de adecuar condiciones para adaptarse a las circunstancias de cada cual. En ASPACE saben lo que es navegar por internet o componer música controlando la pantalla sólo con la mirada. Jorge Frías y Raquel Murias vinieron de ASPACE Gijón, jugaron juntos, cada cual en un equipo, y compartieron ordenador aunque sus necesidades de control no eran las mismas.
Fernando Rada fue ayer el encargado de dar voz a los técnicos que desarrollaron BocciAPP y explicar las distintas modalidades de juego. La primera distinción es si el jugador va a utilizar la mano o el pie. Hay tres grados de dificultad, aunque Rada reconoció que tras las primeras pruebas piloto con usuarios asturianos con discapacidad "nos dieron caña y hubo que subir el nivel de dificultad del videojuego".
La jornada, clausurada por la consejera de Servicios Sociales, Pilar Varela, incluyó el lujo de otra charla del físico asturiano Amador Menéndez. Al Auditorio le interesaron especialmente esos treinta minutos que con el Premio Europeo de Divulgación Científica se pasaron volando. Menéndez propuso un viaje al interior del cerebro, a ese bosque mágico compuesto por 85.000 millones de neuronas "hablando continuamente entre sí. Son muchas y ninguna ejerce de líder, así lo ha decidido la naturaleza" para poner dificultades al parón neuronal.
"A veces el manual de la vida llega con errores, pero ahora podemos reescribir el genoma humano, y la regeneración del sistema nervioso central será posible". El de Amador Menéndez, investigador del Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA), fue un mensaje de optimismo, con nombres propios como ejemplo. El primero, el premio "Princesa de Asturias" Hugh Herr, el "hombre biónico", amigo personal del asturiano.
Y más tarde, Adriana, la bailarina herida por las bombas en la Maratón de Boston en 2013. La joven perdió una pierna, Herr le fabricó una alternativa biónica y Amador Menéndez reprodujo en vídeo el momento en que la joven volvió más de un año después del atentado terrorista a subirse al escenario y convertir en realidad su sueño de volver a bailar.
Amador Menéndez recordó una frase de Hugh Herr que el científico dijo en Asturias en octubre cuando recibió el galardón: "No hay seres humanos discapacitados, solamente hay tecnología discapacitada".
Menéndez explicó los últimos adelantos en materia de exoesqueletos. "Con ellos, personas que tienen una movilidad muy reducida pueden llegar incluso a correr", dijo. El siguiente paso es que esos exoesqueletos puedan ser controlados desde la mente, "y Herr sueña con que así sea".
ASPACE Oviedo presentó su programa TvPC a la Carta, un canal de televisión con propuestas temáticas. ASPACE Gijón explicó su programa "ASPACE Chef: ¿Me invitas a comer?", en colaboración con centros de otras cuatro comunidades. En apenas tres meses participaron en Asturias 87 usuarios y 20 profesionales, y se realizó una decena de recetas. Nutritivo para cuerpo y ánimo.
