La titular del juzgado de violencia sobre la mujer ha acordado prisión provisional comunicada y sin fianza. La causa se sigue por un presunto delito de asesinato y las diligencias continúan declaradas secretas. César Adrio solo contestó a las preguntas de su defensa y por el momento es el único sospechoso del crimen.

El único detenido por el crimen inició su comparecencia ante la juez en torno a las 11.30 horas peninsular de esta mañana. Llegó a la sala escoltado por dos agentes policiales, vistiendo chándal y tapándose la cara con un jersey. También le acompañaba su abogado. En el interior del edificio judicial, a su paso, algunos allegado le dijeron "César, estamos aquí contigo". El presunto asesino compareció durante una hora ante la titular de este juzgado, saliendo de la sala en torno a las 12.30 horas, nuevamente escoltado y esposado.

El ingeniero, compañero de trabajo de la víctima con la que tuvo una relación, permanecía desde el domingo en comisaría, donde ha guardado silencio y se acogió a su derecho a no declarar. Sólo salió de allí, bajo custodia policial, para asistir a un registro en la vivienda donde residía en Candeán.

La Policía Nacional trabajó sin descanso, desde que la madrugada del sábado se halló el cuerpo de la víctima en el portal de su edificio, para recabar pruebas que entregar a la magistrada, que ha decretado el secreto de las actuaciones. Además de la búsqueda del arma homicida y el teléfono móvil de la fallecida, que permanecen desaparecidos, las pesquisas se centraron también en los teléfonos móviles y concretamente en la triangulación de los terminales de arrestado y víctima para tratar de despejar incógnitas.

Antes de adquirir la condición de arrestado, el sospechoso manifestó que tras la cena de empresa navideña en la que coincidió con Ana María se fue a su casa, donde después se duchó y acudió a Vilagarcía a recoger a sus hijos. El detenido está separado.

El crimen se produjo en la madrugada del sábado, cuando la joven, de 25 años y natural de Boqueixón, fue apuñalada en el portal del edificio de la avenida de Vigo en el que residía junto a dos amigas. Todavía se desconoce si en el interior del portal donde perdió la vida o en el exterior del mismo. El detenido, de complexión delgada y muy alto, abordó presuntamente a la joven asestándole más de una decena de puñaladas en tórax y cuello según ha trascendido de la investigación.

Es posible, a raíz del hallazgo de la pulsera de su reloj rota, que la joven intentase defenderse, sin éxito, de su agresor. Hora y media más tarde su cadáver fue hallado por uno de los vecinos bajo un abundante charco de sangre.