En "You're the one" e "Historia de un beso", Gil Parrondo puso los decorados, como casi siempre en las películas de Garci, y añadió un homenaje privado a su infancia. Con la complicidad del director llamó "Llendelabarca" a una casa a la que los protagonistas vuelven al reencuentro con sus recuerdos de niños. Pero Llendelabarca existe, está a menos de dos kilómetros en esforzado ascenso desde Trevías (Valdés) y era justo eso mismo para Parrondo, el decorado de su infancia, el "paraíso de mi niñez", la "casona solariega con su capilla, rodeada de bosques y praderas" en la que el artista vivió de los 10 a los 14 años, con sus tíos y abuelos maternos a refugio de las convulsiones de la España rota de los años treinta. El decorador haría carrera en Hollywood sin dejar de presumir de "asturiano puro, y a mucha honra". Lo era, decía, por el apellido del padre, enraizado en la braña de Argumoso, emparentado con los vaqueiros -"esos asturianos llenos de lejanías y misterios"-, y de los de la madre, los Rico Villademoros de Cortina, Pescaredo y San Pelayo.