El director neoyorquino Arthur Fagen fue el auténtico maestro de ceremonias en la divertida y amena edición del concierto de Año Nuevo que se celebró ayer por la tarde en el teatro Campoamor de la mano de la orquesta Oviedo Filarmonía. Su carisma a la hora de brindar en la "Polka Anna" de Johann Strauss II, la forma entrañable de introducir cada una de las obras del programa y la calidad musical de su interpretación conquistaron a los asistentes, que llenaron el teatro. Por ello, no es extraño que se haya convertido en un director muy querido en Oviedo.

El maestro Fagen eligió para esta edición un programa atípico, con música de Rossini, que incluía varias obras de música procedentes de su país natal, los Estados Unidos. Aunque sin lugar a dudas fue la segunda parte, más tradicional y anclada en la tradición vienesa, en la que el público mostró mayor entrega.

El percusionista Miguel Perelló, el atípico solista de "El reloj sincopado", de Anderson, ofreció una interpretación llena de bromas y también uno de los números de música que más agradaron al público.

El buen ambiente contagió a los profesores de la Oviedo Filarmonía, cuya interpretación fue de menos a más. Cabe destacar no sólo su minuciosidad y la atención a los detalles, sino también su complicidad en las bromas propuestas por Arthur Fagen, que también es apreciable en el terreno musical. Sin duda, existe entre director y orquesta una simpatía especial.

El concierto terminó con una pieza imprescindible en un concierto de Año Nuevo, "El bello Danubio Azul" o, como dijo Fagen, "el vals más famoso del mundo". Fuera del programa se interpretaron las dos propinas habituales en este concierto. La primera fue la polca "Tritsch-Tratsch", seguida de la "Marcha Radetzky", ya con el teatro acompañando con las palmas la interpretación, completamente entregado, y con Fagen a la cabeza. El Campoamor se decoró para la ocasión con un fondo degradado que cambiaba de color e intensidad con la música que sonaba en cada momento. Algo que se vio especialmente en la polca "Entre rayos y truenos".