Los años pasan pero no le pesan a "Pretty woman". Después de 21 pases televisivos, la película que encumbró a Julia Roberts sigue arrasando. También en Año Nuevo: 4,5% de share y 2.445.000 espectadores se sentaron a contemplar (de nuevo en la mayoría de los casos, ¿queda alguien en el planeta por verla?) la oferta de Telecinco.

"-¿Qué quieres que te haga?

-¿Qué haces?

-Todo menos besar en la boca.

-Yo tampoco".

Atención, pregunta: ¿cuál es la película navideña por excelencia? Claro: "¡Qué bello es vivir!". Las fiestas no serían lo mismo sin ella. ¿Y cuál es la comedia romántica que no puede faltar en la programación televisiva de cada año conservando su inmenso poder de convocatoria? Claro: "Pretty woman". Han pasado 26 años del estreno de esta moderna y traviesa versión de Cenicienta o Blancanieves en la que una prostituta (Vivian Ward) encuentra a su príncipe azul (Edward Lewis), con la variante de que éste no buscaba pareja sino que se ve sorprendido por los encantos de su pareja de alquiler y acaba rendido a sus pies con flor incluida.

(Somos seres muy parecidos: los dos jodemos por dinero).

Sí, cintas como "Pretty woman" las hay a paladas, e incluso mejores, pero ¿por qué entonces el trabajo del discreto Garry Marshall se ha convertido en un icono del cine romanticón con algo de lujo y sexo moderado (a Roberts se le hinchaba una vena en las escenas eróticas, de la vergüenza, según el anecdotario), cuando hay títulos con ingredientes similares que no cuajan tanto? Hablar a trono pasado es fácil, pero no está de más hacer inventario. Sin ánimo de fijar prioridades, hay algunos elementos que se dieron cita (nunca mejor dicho) y se ensamblaron de tal forma que el cuento encantó a medio mundo. Digamos, por ejemplo, que la irrupción de Julia Roberts fue un bombazo que puso las pantallas patas arriba. De ahí a ser la novia de América solo hubo un plano. Para el papel sonaron Meg Ryan, Kim Basinger, Melanie Griffith, Sharon Stone e incluso Michelle Pfeiffer. Pero ganó ella.

(¿Te he dicho que mi pierna mide 110 centímetros de la cadera al pie? Así que digamos que estás cubierto por 220 centímetros de tratamiento que rodean tu cuerpo por el módico precio de 3.000 dólares).

De hecho, Julia nunca ha tenido un papel mejor en el que su sonrisa brillara tanto, su simpatía fuera tan arrolladora y su sensualidad con un toque candoroso (recordemos la famosa escena en la que Gere ve la tele mientras ella... ejem... o el también muy comentado atracón de pasión en el piano) la convirtieron en una estrella al instante. Luego está Richard Gere, que ya era toda una celebridad desde finales de los 70, con buenas películas a sus espaldas y otras insignificantes, aunque su mayor taquillazo lo había conseguido ocho años antes con "Oficial y caballero". Gere, cuyo carisma era tan indiscutible como su molesta tendencia a la sobreactuación y las posturitas, llegó a un proyecto en principio modesto en plena madurez y con unas canas que al decir de muchas espectadoras resultaban irresistibles. La verdad es que, sin despeinarse, hizo muy buena química con Julia. Y ojo: años después intentaron repetir jugada con Novia a la fuga y la química también se había fugado. El plantel de secundarios era de lujo: sobre todo Hector Elizondo, que hacía de sabio director de hotel. Y otro puntazo que puso la guinda al pastel: la banda sonora. Como era de esperar a la vista de su título, la maravillosa canción del gran Roy Orbison hizo de una escena trivial un instante ya clásico del cine moderno.

(-Quiero más.

-Ya sé lo que es querer más. Yo inventé ese concepto. La cuestión es cuánto más.)

-Quiero el cuento de hadas.)

Cuando se conmemoró el 25 aniversario, Gere (que nunca se sintió orgulloso de la película, dicho sea de paso) y Roberts se juntaron en un plató de televisión por las bodas de plata. Beso incluido. Gere había cruzado la frontera de los 40 cuando hizo la película, Roberts andaba por los 22. Ahora él tiene 65 ella, 47. Ninguno ha sucumbido a la cirugía estética, o lo han hecho con prudencia para no quedarse sin expresión. Sus carreras no volvieron a vivir un momento tan esplendoroso pero mejoraron como actores. Él nunca ha dado la espalda a los papeles de héroe más o menos romántico con ocasionales incursiones en policíacos de toque turbio e incluso se atrevió con el musical, pero está lejos ya de ser goloso para la taquilla. Ella trabajó duro para no encasillarse cual Meg Ryan y se esforzó en trabajos como "El secreto de Mary Reilly" o "Michael Collins" pero sólo volvió a dar en el blanco taquillero con otras comedias románticas como "Notting Hill" y "La boda de mi mejor amigo". Te quieren sonriente, Julia. Se ganó los aplausos con "Erin Brockovich" y en "Closer" estaba espléndida soltándose la lengua, pero donde realmente ha demostrado una madurez admirable es en el telefilme "The normal heart" y en la coral "Agosto", en la que batía a la mismísima Meryl Streep en su terreno.

-¿Buscas compañía?

-No, busco Beverly Hills. ¿Puedes orientarme?

-Claro, por cinco pavos.

-Eso es ridículo.

-El precio ha subido a 10.

-No puedes cobrarme una indicación.

-Puedo hacer lo que quiera, chato, yo no me he perdido.

"Pretty woman" nunca pierde.