Un kit creado por investigadores valencianos para el diagnóstico precoz de la escoliosis en jóvenes permite reducir el número de pruebas de rayos X a las que se someten, unas 20, y reducir tanto los costes sanitarios como el riesgo de desarrollar un cáncer por la prolongada exposición radiológica.

Esta innovadora técnica ha sido desarrollada por EpiDisease, una "spin-off" del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), del Instituto de Salud Carlos III, que nació con el objetivo de identificar biomarcadores epigenéticos para el diagnóstico y pronóstico de diversas enfermedades.

Se trata de Scoli Pro, el primer kit de diagnóstico y pronóstico epigenético de la escoliosis idiopática, basado en una firma de miRNAs (pequeños fragmentos de ácido nucleico presentes en el genoma humano) circulantes en plasma.

La escoliosis idiopática es un trastorno que puede provocar que los huesos de la columna giren y causen una curva que es leve si es menor de 20 grados, pero cuando supera los 25 grados precisa de un corsé y si está por encima de los 45 grados requiere una intervención quirúrgica.

Se produce especialmente durante la adolescencia, periodo en el que la incidencia es de entre el 2 y el 4 por ciento, y con mucha más frecuencia en el sexo femenino, ya que de cada diez casos ocho se dan en mujeres, según explicó el director ejecutivo de EpiDisease, José Luis García-Giménez, investigador postdoctoral del CIBER.

Según García-Giménez, los afectados por esta patología ósea son sometidos a pruebas radiológicas cada seis meses para controlar que no se agrava la curvatura de la columna, una prolongada exposición a los rayos X, durante la pubertad y adolescencia de los pacientes, que puede llevar a un aumento del riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer.

Según explica el científico, se ha descrito un aumento de casos de cáncer de mama y endometrio en chicas afectadas por una escoliosis y sometidas pruebas radiológicas.

"En el diez por ciento de los casos de adolescentes que llegan a la consulta con una escoliosis leve, el clínico no sabe si ésta va a superar los 40 grados y requerir cirugía en el futuro", según García-Giménez. La forma actual de evaluar esta progresión es a través de radiografías, una cada seis meses, lo que significa una media de veinte en el curso de la enfermedad.