El Dúo Cassadó, formado por el violonchelista Damián Martínez y la pianista Marta Moll de Alba, se ganó ayer al público del teatro Filarmónica con un concierto lleno de expresividad en el que reivindicaron el patrimonio musical español, centrados en las figuras de Ernesto Halffter y Gaspar Cassadó.

Pese a la gélida tarde, el concierto organizado por la Sociedad Filarmónica de Oviedo registró una notable entrada, superior a lo habitual. La ola de frío, de hecho, no restó calidez a los aplausos de los asistentes, que desde la primera pieza, la Sonata en La Menor estructurada en una Rapsodia, Aragonesa, Saeta y Pasodoble de Damián Cassadó, celebró la complicidad en escena y el detallismo en la ejecución del dúo. Dos muestras de la madurez de la formación, que ha sabido encontrar el equilibrio adecuado entre la expresividad del cello y la personalidad expansiva del piano.

De hecho, ambos instrumentos no se oscurecieron en ningún momento del recital. Antes al contrario, Martínez y Moll de Alba lograron trenzar un vigoroso diálogo a lo largo de todo el concierto, convirtiendo cada pieza en una conversación, casi en una danza entre ellos.

El público estaba a gusto, y eso se dejó notar en dos detalles: el primero, que en algunos momentos del concierto se prodigaron aplausos incluso antes de terminar las piezas, en pleno cambio de movimiento; el segundo, que nadie se movió de la butaca hasta el final del concierto.

A esta comodidad del público ayudó la cercanía que mostraron los intérpretes, así como la fluidez con la que se desarrolló todo el concierto. Además de la pieza de Cassadó, el público celebró singularmente la "Fantasía española de Ernesto Halffter, una composición en la que también participó Gaspar Cassadó, y "El Gran Tango" del argentino Astor Piazzolla.