Oviedo, Andrea G. TORRES

No es muy habitual encontrar en las programaciones sinfónicas conciertos para violín escritos por compositores españoles, por lo que, si la calidad lo permite, como ayer ocurrió con Jesús Torres en el concierto de la OSPA en Oviedo, siempre es de agradecer. El joven violinista Jesús Reina, probablemente uno de los mayores talentos nacionales en este instrumento, interpretó un concierto de Torres en el Auditorio ovetense.

Reina lleva años incluyendo obras de cuño español en sus interpretaciones en las principales salas de conciertos o, incluso, realizando grabaciones que son una auténtica rareza. Este violinista encandiló ayer al público del Auditorio y de propina interpretó una obra de Enescu.

Jesús Torres, el autor del concierto, salió a saludar. Pero los aplausos no dejaron traslucir una gran emoción entre el público hacia esa composición sin apenas melodía, aunque con un timbre orquestal muy rico y que se recrea en la disonancia. Torres es colaborador artístico de la OSPA durante esta temporada.

El concierto de ayer en el Auditorio, que la OSPA ofreció bajo el título de "Arquitectura en música", comenzó con la conocidísima polonesa de la ópera "Eugene Oneguin", de Tchaikovsky. Una obra breve y melodiosa que el público escuchó agradecido. Ésta fue tan sólo una pequeña muestra de las capacidades que la OSPA y el maestro Rasilainen ofrecerían más tarde.

La segunda parte del concierto estuvo ocupada por la Sinfonía nº 3 de Bruckner, conocida popularmente como "Sinfonía Wagner" por llevar el apellido de este compositor alemán. La duración de esta pieza poderosa de gran sonoridad fue de una hora y cuarto. Bruckner supo reflejar en su obra la magnificencia y complejidad de la ópera wagneriana. Eso fue precisamente lo que ayer pudo verse en el Auditorio "Príncipe Felipe" de Oviedo, una OSPA poderosa que, como viene siendo habitual, se crece ante estas obras de gran empaque.