La ley española no permite que por debajo de los 14 años los niños y adolescentes se abran cuentas en las redes sociales. Así lo recuerda un portavoz en Asturias de la Asociación Española de Responsables de Comunidad Online y Profesionales Social Media (AERCO-PSM). No se trata de qué es lo que hace el menor en ellas, sino de que no pueden ceder su información a las grandes compañías propietarias de estas aplicaciones. Por debajo de esa edad, es necesario el consentimiento de padres o tutores.

El Reglamento de protección de datos de la Unión Europea, que entró en vigor el 25 de mayo de 2016 y que no comenzará a aplicarse hasta el 25 de mayo de 2018, establece que la edad a la que los menores pueden prestar por sí mismos su consentimiento para el tratamiento de datos personales en el ámbito de los servicios de la sociedad de la información (en el que se incluyen las redes sociales) es de 16 años. Sin embargo, permite rebajar esa edad y que cada Estado miembro establezca la suya propia. El límite inferior es de 13 años.

A partir de entonces España podrá aumentar el límite a 16 años o mantenerlo en 14, una edad que sigue estando por encima de lo que muchos padres piensan.

La AERCO-PSM afirma, además, que en Estados Unidos redes sociales como Facebook se rigen por la legislación de California, cuyo límite de edad para acceder a ellas son los 13 años. El problema es que no exigen ningún tipo de identificación que verifique que el menor tiene realmente la edad que dice tener. Por eso internet está también repleto de perfiles falsos.

Para que una red social sea considerada como tal, debe poder crearse un perfil en ella, ceder datos propios e interactuar con otros. Servicios de mensajería como "Whatsapp" son, por tanto, redes sociales. También muchos juegos que permiten interacción entre distintos usuarios, como la famosa aplicación "Pokemon Go", algo que muchos padres desconocen. "Nosotros entendemos que para usar estas aplicaciones lo mejor es cumplir la legislación vigente: que tienes que tener 14 años. A partir de esa edad el menor ya no es un niño, es una persona un pelín más madura", afirma la AERCO-PSM.

Los expertos coinciden en el papel principal que juegan los padres. En España, un 97 por ciento de los menores entre 10 y 15 años utilizan internet. Siete de cada 10 niños de 10 años tienen teléfono móvil y más del 60 por ciento poseen ya un "smartphone" con, más que posiblemente, unas cuantas redes sociales en él. Datos que, para el pediatra asturiano Venancio Martínez, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, deberían alertar a los los padres.

Martínez resalta que los menores no utilizan internet "con un fin", como los adultos, sino que comienzan a usarlo por curiosidad, luego como un juego y, al final, terminan sin poder vivir alejados de la red. "Creo que hay que perder cierto complejo que tienen ahora los padres y que está dando lugar a que haya 'adultescentes': los que quieren comportarse como sus hijos, ser amigos de ellos", dice.

Martínez considera que estos padres relegan la responsabilidad de educar en estas cuestiones a los centros educativos o a los medios de comunicación. Pero esta tarea debería ser de ellos, orientados, a su juicio, por los pediatras siempre que lo necesiten.

Recomienda que los padres no compren un móvil propio a los niños hasta cumplidos los 14 años, aunque "lo tengan sus amigos". También pide que asuman el papel de primer educador; que se esfuercen por conocer el medio digital. Una vez hecho esto, considera que hay que poner límites, estableciendo reglas de convivencia. Y preguntar a los padres de los amigos de sus hijos sobre su percepción y reclamar su colaboración en la identificación de cualquier uso anómalo. "Ésa es la red social más importante", afirma.