Cuando una formación deportiva está bien conjuntada y es capaz de desplegar su juego de equipo de manera perfecta, se dice que "juegan de memoria". Pues así actuó ayer la Orquesta de la Suisse Romande en su concierto en el Auditorio ovetense. Sólo que, en esta ocasión, la frase era literal: su director, Jonathan Nott, no miró la partitura ni una sola vez.

El concierto, el último de la gira española de la orquesta de la Suiza francófona, había despertado gran expectación entre los aficionados asturianos, lo que derivó en un lleno absoluto en el Auditorio. Había, en concreto, gran interés por comprobar qué tal se defendía Nott con su recientemente estrenada titularidad al frente de una de las agrupaciones sinfónicas señeras en Europa, porque es esta su primera gira internacional. Y el director no defraudó.

La programación de sus conciertos en España fue variando a lo largo de toda la semana. Ayer en Oviedo afrontaron la interpretación de dos sinfonías de gran formato, ambas vinculadas al clasicismo y romanticismo germánicos. La primera, la sinfonía nº. 5 en si bemol mayor de Franz Schubert, con la que se abrió el concierto. Una obra de extrema belleza y llena de matices, con la que el público asistente disfrutó enormemente, a juzgar por las ovaciones que le dedicó al joven maestro y a la agrupación.

Si en la primera parte predominó el lirismo de Schubert, en la segunda, la sinfonía nº. 1 en re mayor "Titán" de Gustav Mahler estuvo marcada por la potencia sonora. Unánime fue la aprobación de los asistentes al concluir la interpretación de esta obra de gran densidad, especialmente para la sección de metales y percusión. Cuando Mahler estrenó esta sinfonía en Budapest en el año 1889, se le recriminó una falta de rigor a las leyes formales de la música, y la crítica la menospreció. No obstante, hoy se ha convertido en una de las más obras más famosas del compositor por la riqueza melódica y tímbrica que lleva implícita, y que no le pasó desapercibida a Jonathan Nott por el esfuerzo que dedicó a desentrañar para el público los temas de las canciones que subyacen en esta partitura, considerada la "opera prima" de Mahler.

El maestro Jonathan Nott lleva al frente de la Suisse Romande tan sólo un mes; su trayectoria musical es conocida en Oviedo, ciudad que no suele faltar en sus giras y de la que tiene buenos recuerdos, como comentó a LA NUEVA ESPAÑA días atrás. Tras escuchar el ambicioso programa de ayer el público salió del Auditorio convencido, quizá esperando que no transcurra mucho tiempo hasta la próxima cita.