Oviedo, Agencias / T. P.
Primero fue un mensajero. Luego, un mendigo. Ahora, un repartidor de pizza. Algunos "youtubers" se han empeñado en despeñar la fama del colectivo subiendo imágenes que humillan a sus involuntarios protagonistas. La Policía Nacional recordó anteanoche en un tuit que "compartir vídeos miserables de algunos 'youtubers' propicia lo que ellos pretenden: más visitas y más 'likes'".
El autor de la última "hazaña" se llama Abel García y es de Málaga. Y no es un crío: tiene 27 años. En su vídeo se puede ver cómo rocía con gas pimienta una pizza para hacer daño a un pizzero, si bien el producto acaba afectándole también a él. La Unidad de Investigación Tecnológica de Málaga investiga el vídeo para determinar si fue una acción real y, de serlo, concretar si se pueden imputar al responsable delitos como agresión o contra la dignidad de las personas. El repartidor aparece con el uniforme de una cadena de pizzas, con el logo difuminado, pero la empresa afirmó que el empleado no sigue las normas de entrega de la marca, por lo que se podría tratar de un montaje. Por ejemplo, no lleva la bolsa térmica en la que suelen llevar el producto.
"Broma a pizzero, le echo gas pimienta, sale muy mal". Así se titula la infame broma de Abel García, eliminado del canal Youtube "porque infringía la política sobre acoso e intimidación".
En el vídeo, de unos tres minutos, el "youtuber" muestra un espray de defensa personal con pimienta y anticipa que le va a gastar una broma a un pizzero, al que hace esperar un momento una vez entregada la pizza para echar el gas y luego devolvérsela con la excusa de que no está bien. Lo hace con la caja abierta, por lo que el gas afecta al trabajador, que la tira, y también acaba afectando al "bromista", que cierra la puerta y cuenta a sus seguidores cómo le pican los ojos y la nariz, aconsejando que no utilicen ese espray.
Después, Abel García grabó otro vídeo explicando que Youtube retiró su vídeo, pero que a él le daba igual porque lo había colgado en otro portal: "Nos vemos en el próximo vídeo, que lo mismo es incluso más fuerte que éste". Y declaró a un medio digital que "tampoco le he pegado un tiro". Para él todo es "pura envidia" porque "saben que mañana puedo estar ganando 25 o 30.000 euros con esta historia". En Twitter, la cuenta de García fue martilleada con un aluvión de críticas negativas, insultos y también amenazas. La pesadilla que se muerde la cola.
La red de polémicas con "youtubers" involucrados pescó primero al tristemente famoso "creador" de "caranchoa". El responsable del canal de vídeos Mrgranbomba, el veinteañero alicantino Sergio Soler Vila, insultó así a un repartidor al que había preguntado por una dirección mientras eran grabados con cámara oculta. Al graciosillo le salió el chiste por la culata porque el trabajador le soltó un tortazo para alegría de quienes consideraron que el "youtuber" se había pasado varios pueblos. Otros, en cambio, aunque deploraban la broma, matizaban que la violenta reacción era desproporcionada. El "youtuber", que borró muchos de sus vídeos, se quejó de que había recibido incluso amenazas de muerte.
El segundo en montar el lío fue un tal Reset, barcelonés de 19 años, de nacionalidad española y origen chino. Su "gran" idea consistió humillar a un indigente ofreciéndole veinte euros y unas galletas rellenas de pasta de dientes. El hombre las comió y empezó a encontrarse mal y a sufrir náuseas. Posteriormente, el autor, que también recibió una lluvia de críticas encolerizadas, colgó otro vídeo pidiendo perdón y echando la culpa a su inmadurez: "Fue mi culpa, lo siento mucho". Sin embargo, en un vídeo anterior se pavoneaba de su actuación y se burlaba de la víctima al afirmar que comer las galletas con dentífrico le habría ayudado a lavarse los dientes. Reset deberá repetir sus excusas ante la jueza que le ha citado como investigado a instancias de la Fiscalía de delitos de odio y discriminación.
Sobre el comportamiento de Youtube en estos asuntos hay quien considera que el tiempo de reacción eliminando este tipo de contenidos es cada vez menor, pero otras voces más exigentes recuerdan que si el canal puede detectar contenido con "copyright" con absoluta precisión también debería analizar más a fondo los vídeos que incumplen sus normas para cerrar el paso a los desmanes.
