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Feministas y gays de Asturias evitan un "cisma" por la gestación subrogada

Ambos colectivos, aliados tradicionales en la lucha por los derechos civiles, tienen posiciones divergentes frente a los "vientres de alquiler"

Eva Irazu. LUISMA MURIAS

Unos hablan de "gestación subrogada", otros de "vientres de alquiler". El debate en torno a la regulación de la práctica de reproducción asistida por la cual una mujer gesta el hijo o hijos de otra persona o pareja, previa transferencia a su útero de un embrión engendrado, enfrenta a los colectivos de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) y Feministas de España. Una confrontación que se ha reforzado a raíz del próximo debate en torno a la regulación de esta práctica en el Congreso de los Diputados, donde Ciudadanos prevé presentar una propuesta legislativa. Este cisma no se produce en Asturias, donde ambos colectivos, tradicionalmente aliados, eluden la polémica para evitar la división.

De hecho, los colectivos que componen la Plataforma Feminista de Asturias, entre los que se incluye Xente Gai Astur (Xega), ni siquiera han entrado a debatir en profundidad la cuestión, ya que unos primeros sondeos pusieron de manifiesto la profunda división que hay en lo referente a la subrogación. "Es un tema en el que no hay consenso, por lo que como plataforma no nos podemos posicionar. Hay opiniones divergentes entre los miembros, de gente que la apoya y de gente que está en contra", explica Eva Irazu, representante de la plataforma.

La activista precisa que ni siquiera se ha llegado a plantear un debate en profundidad, ante el temor a que esta cuestión pueda producir "cismas" en el seno de una plataforma que siempre se ha caracterizado por la unión a la hora de reivindicar los derechos de las mujeres y de colectivos LGTB. "A veces, el debate puede llevar a puntos de encuentro, pero en ocasiones encontramos temas en los que las posiciones son tan lejanas y tan marcadas que no es posible. Y tanto con la gestación subrogada como en el del trabajo sexual, se da este caso. Generan mucha división, por lo que, como plataforma, no nos manifestamos ni a favor ni en contra", explica Irazu.

De igual modo, el colectivo Xega (Xente Gai Astur) quiere evitar cualquier tipo de confrontación con los colectivos feministas asturianos por cuenta de la legalización en España de la gestación subrogada. Aunque Yosune Álvarez, coordinadora de Xega, asegura que están a favor de una regulación matizan que el colectivo en Asturias quiere ser especialmente cuidadoso. Reconoce que con este asunto se "tocan muchas sensibilidades" en los grupos feministas. De hecho, Xega no se sumó al manifiesto a favor de la legalización de la gestación subrogada en España que suscribieron otras organizaciones de gays y lesbianas.

Álvarez considera que es necesario abrir un debate para llegar a un consenso sobre el tema. "Falta un debate sobre lo que significa la maternidad, qué es la gestación, qué supone a nivel económico, qué contraprestación tiene si es que la tiene, etcétera", indica. Álvarez añade que, en estos momentos, entre los objetivos prioritarios de Xente Gai Astur se encuentra la lucha contra las situaciones de homofobia, las agresiones o los casos de acoso escolar.

Fuera de la Plataforma Feminista, las posiciones son más nítidas. La tertulia "Les Comadres" de Gijón se muestra claramente en contra de regular una práctica, que asimilan a la prostitución. "Estamos en contra de todo lo que sea compraventa de cuerpos de las personas: por trozos, por entero, para alquiler por una hora o por nueve meses. Entendemos que los deseos no son derechos, y el deseo de ser madre o padre no puede convertirse en un derecho a costa de otras personas, a costa de las mujeres", sostiene Begoña Piñero, presidenta de la tertulia.

Aunque en la propuesta legislativa de Ciudadanos se aboga por un modelo "altruista", similar al que funciona en Reino Unido y otros países, la tertulia "Les Comadres" rechaza también esa posibilidad, al considerarla una entelequia. "En Reino Unido lo tienen regulado, pero van a hacerlo al extranjero porque allí no hay una lista de espera de mujeres altruistas, no es como donar una médula o un riñón. Esto es un negocio puesto en marcha por agencias que se llaman de 'nuevas técnicas de reproducción asistida', pero en realidad hablamos de alquiler de cuerpos de mujeres. Y nunca se hace por altruismo, sino por necesidad, muchas veces para que la mujer pueda dar de comer a sus propios hijos", afirma.

Piñero incide en que la alternativa pasa por adaptar las leyes de adopción para facilitar el acceso a aquellas personas o parejas que no pueden tener hijos. Una cuestión en la que sí hay consenso entre feministas y colectivos LGTB.

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