El violinista letón Gidon Kremer fue el gran protagonista de ayer en el auditorio con motivo de las jornadas de piano "Luis G. Iberni", que patrocina LA NUEVA ESPAÑA. Un Kremer que estuvo bien flanqueado por el pianista Lucas Debargue, quien demostró su liderazgo dirigiendo a toda la Kremerata Baltica desde el piano, en una actuación con la que conquistó el favor del público ovetense merced a una sonoridad nítida y llena de matices.

El programa comenzó con el "Concierto para piano nº 8, 'Lützow'" de Mozart. Una pieza en la que la Kremerata Baltica demostró una sonoridad plena, muy redonda, y superior a lo acostumbrado en una orquesta de cámara.

A esta pieza siguió un arreglo para violín solista y orquesta de la "Fantasía para violín y piano en do mayor, D. 934" de Franz Schubert, que contó con el propio Kremer como solista. Una pieza que deleitó al público con unos pianos increíbles y en el que la formación demostró un dominio total de los golpes de arco.

La velada concluyó con una nueva adaptación para piano, cuerdas y percusión del "Quinteto para piano op. 18" del compositor polaco Mieczys?aw Weinberg, alguien muy querido por Kremer, quien ofreció como propina "Oblivion", de Piazzolla.

También ayer conoció el público ovetense al joven pianista Lucas Debargue, cuya precisión y técnica destacan en su personal interpretación del concierto de Mozart, apoyada además en la nitidez de su pulsación, cualidad que le vino especialmente bien a la hora de abordar el concierto "Lützow".

Kremer y la orquesta que dirige artística y musicalmente, la Kremerata Baltica, están de gira para celebrar los 70 años del maestro. En el concierto de ayer estaba prevista la intervención de la pianista Martha Argerich, uno de los mayores exponentes del piano a nivel mundial, y que constituía uno de los grandes atractivos de las jornadas musicales. No obstante su anulación no impidió que el auditorio registrase una buena asistencia, ni que el público disfrutase de la interpretación de la formación liderada por Kremer.