Un nuevo estudio médico-forense realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín ha logrado identificar la herida penetrante, causada posiblemente por una lanza, que sufrió en el hemitórax derecho la persona que fue envuelta en ambas telas.

El trabajo, liderado por un investigador de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), no solo reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona, sino que además ésta, cuando ya era cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesaría el hemitórax derecho, ha informado la institución académica.

Dicha herida tuvo entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha, dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas (en la síndone por su contacto con los orificios de entrada y salida, y en el sudario con el de salida).

La investigación llevada a cabo se compone de estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario, y en ella se ha utilizado un microscopio electrónico de barrido adquirido recientemente por esta Universidad.

Las manchas advertidas por los investigadores y en las que se centra el estudio comparten características comunes y son muy diferentes del resto, tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado.

Los estudios sobre el Sudario de Oviedo están dirigidos por Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de la UCAM, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Murcia, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro de Internacional de Sindonología de Turín.

Sánchez Hermosilla ha explicado que el estudio microscópico de las muestras, realizado con microscopía óptica y microscopía electrónica de barrido, "ponen de manifiesto la presencia de estructuras compatibles con hematíes humanos muy dañados, algunos de ellos hemolizados, así como con coágulos de fibrina libres de estructuras hemáticas".

El estudio médico-forense describe los tejidos y órganos que atravesó el objeto punzante en su hipotética trayectoria. Recoge además que "especialmente la aurícula derecha del corazón, en cadáveres de personas que han sufrido una larga agonía, con mucha frecuencia presentan grandes coágulos de sangre, muy similares a los que formaron la mancha del costado de la Síndone de Turín".

Añade el investigador que "al atravesar el pulmón derecho, el arma se abrió paso también a través de las vías aéreas intraparenquimatosas y, como consecuencia, parte de los fluidos orgánicos mencionados se abrieron paso de este modo en una trayectoria ascendente".

Estos fluidos viajaron a través de las vías aéreas superiores y finalmente se emitieron también por la boca y nariz del cadáver, ocasionando nuevas manchas en estas áreas en el Sudario de Oviedo.

Además, al retirar el arma, también salieron estos fluidos por los orificios de entrada y salida. Según el director del trabajo, se avala así la hipótesis de que quien administró ese "golpe de gracia" tenía experiencia, pues al colocar la hoja del arma en posición horizontal podía evitar fácilmente las costillas, sin tener que intentarlo en varias ocasiones, algo que aparentemente no ocurrió, pues no aparecen lo que se denomina en la Medicina Forense "lesiones de tanteo"