Un increíble legado familiar que aporta un conocimiento único y profundo sobre la historia de un concejo asturiano. Manuel López presentó ayer en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) su libro "La casa Gómez de Berducedo y el concejo de Allande. Cinco siglos de historia", un estudio que arroja luz sobre un extenso período de la historia del municipio occidental, desde el primer tercio del siglo XVI. Un acto que incluyó la donación a la institución, por parte de López, de la fuente fundamental de su investigación: el nutrido archivo de su familia, diez cajas de documentación cuyos primeros papeles se remontan a 1538, y que en adelante estarán a disposición de los investigadores en la propia sede del Instituto e, incluso, a través de internet, donde se ha colgado en torno a una quinta parte de los fondos.

El origen de la investigación se sitúa, precisamente, en esa singular colección documental. "El archivo estaba en casa desde siempre, desde hace cientos de años. A mí me gusta mucho la historia y, una vez prejubilado, empecé a ojear la documentación, a revisarla y catalogarla. Y vi que había un buen material para una investigación", explica Manuel López.

El hecho de que ese ingente archivo, con 916 documentos inéditos, estuviese en manos de la familia de López se debe a que, en gran medida, fueron transcritos por sus antecesores: "Cuatro de mis antepasados eran escribanos, incluso municipales, y custodios de la documentación". Una responsabilidad que heredaron sus descendientes, hasta un total de quince generaciones de la casa, con los apellidos Queipo, Sol Queipo, Sol Villasonte y Gómez de Berducedo. Esta singularidad ha permitido que la documentación llegase en un buen estado de conservación hasta nuestros días. Y su estudio, que Manuel López ha completado con la consulta de otros archivos y fuentes bibliográficas, permite reconstruir de manera fidedigna la historia de un concejo que tenía una situación jurisdiccional inusual: "El concejo de Allande era un concejo de señorío, en el que sus señores no tenían potestad legislativa, pero sí de ordenanza. Había sólo cuatro jurisdicciones de señorío en Asturias, y en concreto la de Allande duró varios siglos".

El origen de este señorío se sitúa en tiempos de la guerra civil que, a mediados del siglo XIV, enfrentó a Pedro I "El cruel" con Enrique de Trastámara por el trono de Castilla. Tras su victoria, el ya coronado como Enrique II entregó a una familia aliada, los Quiñones, varios de sus territorios asturianos, incluyendo el concejo de Allande. "Empezaron ahí las luchas con los vecinos", explica López.

Ya en 1515, los Quiñones vendieron esta jurisdicción a Rodrigo González de Cienfuegos, cuyos descendientes ostentaron desde el siglo XVII el título de condes de Marcel de Peñalba. Su dominio sobre el territorio se extendería hasta las desamortizaciones del siglo XIX, pero de esos tiempos aún se conservan vestigios en Allande, como es el palacio de los Cienfuegos. Fruto de ese poder, los señores de Allande nombraban también a los escribanos, cuyo papel era similar al de un notario y que tenían una férrea formación, ya que el título lo expedía el Consejo de Castilla. "Curiosamente, uno de los escribanos de mi familia, Rafael Antonio Sol Villasonte, aparte de ser escribano municipal, era también escribano real. Y el título se lo había expedido Luis I, que reinó seis meses nada más, en 1724".

La singularidad del trabajo de escribano y el hecho de que entre sus ascendentes se contasen hasta cuatro explica que la familia de López tuviese acceso a esa ingente documentación, entre la que se incluyen desde ordenanzas hasta tomas de razón de operaciones inmobiliarias. Pero su conservación se explica por una inusual conciencia sobre el patrimonio y el legado familiar.

"Se superaron muchos peligros para que esta documentación llegase hasta nuestros días, entre ellos incendios o circunstancias como pudieron ser las guerras, pero tuvo también mucho que ver el cuidado de los propios escribanos, lo bien organizado que lo tenían", relata López.

A través de esta documentación, el autor ha podido reconstruir episodios muy importantes de Allande, arrojando luz sobre períodos históricos hasta ahora en tinieblas. "Es la historia de Allande, pero es extrapolable a otros concejos del occidente porque refleja los modos de vida de esos tiempos", reflexiona López.

En cuanto a la donación del archivo, el autor incide en que era una decisión acordada ya en los tiempos en que Juan Ignacio Ruiz de la Peña presidía el RIDEA. "Ojalá esta iniciativa sirva para que haya otras personas que hagan lo mismo, porque en los pueblos hay archivos que se conservan, quizás sin que quienes los guardan sean conscientes de su importancia. Pero esos papeles, si no se transforman en fuente de conocimiento, no aportan nada", concluye López, que acude esta tarde, a las 19.30 horas, a la casa de cultura de Pola de Allande para presentar su estudio en el concejo.