El suicidio de un enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), ha reabierto el debate sobre la necesidad de aprobar una ley de suicidio asistido y eutanasia que despenalice la "colaboración necesaria" para que una persona pueda poner fin a su vida por decisión propia. José Antonio Arrabal, diagnosticado desde 2015 de esta enfermedad degenerativa e incurable, se quitó delante de una cámara de vídeo "indignado" por "tener que morir en la clandestinidad", según sus propias palabras, para reclamar el suicidio asistido y la eutanasia, ha informado el diario que colgó el vídeo en su web.

Este paciente llevaba meses planeando su suicidio, que llevó a cabo el pasado 2 de abril a través de la ingesta mediante una pajita de dos frascos de medicamentos adquiridos por internet, aprovechando que su familia no estaba en casa.

A partir de este momento, al igual que ocurre en cualquier otro suicidio, intervendrá un juez al considerarse una muerte violenta para descartar que se haya cometido un delito, explicó Fernando Marín, doctor y presidente de la Asociación Derecho a Morir Dignamente.