Cuando Graciano García, director emérito de la Fundación Princesa de Asturias, periodista y poeta, presentó hace dos años en el auditorio de Oviedo el libro "Una tierra, una patria, un alma" coincidieron en el acto Yuri Nasushkin, profesor y violinista, que llegó en 1990 a Asturias con "Los Virtuosos de Moscú", y el joven venezolano de origen asturiano Guillermo Martínez. Yuri Nasushkin tuvo de inmediato el pálpito de poner música al libro. "La idea fue mía y surgió cuando Graciano, ya siendo director emérito de la Fundación, presentó este libro. El contenido y el título me hicieron pensar que lo que es para Graciano su tierra, su patria y su alma lo es para cualquier persona. Es una obra universal porque cada uno tiene su tierra, su patria, su alma. Para Graciano es Asturias; para mí, Ucrania, y para un inglés, Inglaterra", argumenta Nasushkin, que añade que llevando esos términos a la música "subrayamos la universalidad de sus conceptos. Y eso me pareció interesante", puntualiza.

Luego encontró a su colega y joven compositor Guillermo Martínez y él también "se encendió como una cerilla", al instante, relata el músico ucraniano. Así que se juntaron y, como dice Nasushkin, "si Dios quiere vamos a hacer un buen trabajo".

La obra es para orquesta de cuerda con la intervención de la gaita, y "lo más importante", puntualiza Nasushkin, hay una actriz, Nuria Sánchez, que va a "recitar el poema mientras tocamos". Pero en lo musical "se trata de una obra para orquesta de cuerda con la intervención de la gaita tocada por Xuacu Amieva", gaitero de altura que, entre otros logros, tiene un "Grammy".

Los intérpretes de la orquesta para "Una tierra, una patria, un alma" serán un grupo de músicos de Yuri Nasushkin bautizados como "Ensemble Ars Mundi": "Es un grupo de músicos jóvenes que yo reúno y que somos muy amantes de la música de cámara en todas sus dimensiones. Nos pareció muy importante el objetivo de esta obra literaria, no sólo lo musical, sino también por lo humano", comenta el músico.

El "Ensemble" lo forman instrumentistas que residen y estudian en Asturias, "aunque los hay de Madrid, de Galicia, de toda España", desvela Yuri Nasushkin, que matiza que la obra todavía es un trabajo que está en creación". Por eso, antes de pensar en estrenos y otras cosas el maestro, dice que lo primero "es hacerlo bien. No sólo es una idea bonita, es una gran responsabilidad". Cuando se le pregunta a Nasushkin cómo se inspiró, la respuesta es contundente: "Muy sencillo; soy músico. Lees el poema y eso lo explica todo: esas palabras tienen un sentido musical y estando en un ambiente musical pueden resultar interesantes. Pero insisto en que en este momento estamos en proceso de terminar la composición y pulir la partitura y cuando todo esté listo empezaremos a ensayar".

Guillermo Martínez tiene 33 años y ahora está aquí preparando diversos proyectos, uno de ellos una zarzuela para el festival del teatro Campoamor de Oviedo. "Lo de Graciano fue el destino._Eso hizo que coincidiéramos en la presentación de su libro. Me lo presentaron ese día y puede vivir la magia del estreno del poemario junto a Yuri, que enseguida me planteó lo que empezó siendo un sueño que, a su vez, le planteó a Graciano en el fragor del momento". No sólo. Ya que se fueron incorporando colaboraciones, como "un gaitero grande y una narradora", Nuria Sánchez, actriz y directora de "Maliayo Teatro", con la supervisión de la dramaturgia de Manuel Valiente. "Se agradece esa intimidad que le da ella", señala Guillermo Martínez. Dice el músico que es una obra que en su forma es infrecuente, no es una sinfonía, ni un poema sinfónico. "Sería un melólogo, la melodía con la palabra. Una obra musical engarzada con la lectura del poema. Es una forma poco frecuente, pero el poema es un lienzo de una belleza extraordinaria. La palabra da la imagen y una musicalidad inherente en cada línea. La música es de escribano más que de músico. La poesía es música. Y este proyecto es para quedarse, y las cosas que son para quedarse hay que hacerlas despacio y bien", asevera.