Vamos a hablar de libros, como siempre, pero vamos a empezar con un recordatorio: la literatura infantil que aparece en esta sección, por desgracia, no puede ser leída por un porcentaje altísimo del público al que está destinada: los niños. En concreto los niños pobres de demasiadas partes del mundo que, en ocasiones, ni siquiera saben cómo es el papel impreso, pequeños como Dula, el protagonista de "El más rápido", una obra de esas que nos encantan porque ponen sobre la mesa, al alcance de nuestros sobreprotegidos retoños, algunos de los problemas que amenazan la infancia en tantas partes del planeta, como son la pobreza extrema o la explotación, entre otros muchos. Y lo hace de una forma sencilla y bella, tanto que ha merecido el premio de la Fundación Cuatrogatos de este 2017, que recompensa la labor de sus autoras, la escritora valenciana y especialista en literatura infantil Paula Carbonell y la ilustradora Ester García, que han sabido plasmar el drama del citado Dula -que representa a tantísimos niños pobres-, quien ansía tener la velocidad de un guepardo para llegar el primero cada mañana a su destino, el lugar de trabajo en el que pasa interminables jornadas despellejando pescado para poder mantener a su familia en un remoto pueblo de África. Dula sueña con correr cada vez más y ser vitoreado algún día en un estadio repleto de seguidores, pero su velocidad -e ilusión- dependerá de si tuvo la fortuna de cenar la noche anterior. Así de sencillo, así de triste. El libro, editado por Lóguez, está repleto de una poesía visual que calará en la parte más solidaria del cerebro de nuestros hijos. Muy recomendable para que nadie olvide lo muchísimo que aún queda por hacer.

Y, siguiendo por la senda de los libros triunfadores en los certámenes celebrados este año, destacamos la bella obra "La niña de los libros", que, de la mano de la editorial Andana, recorre varios clásicos de la literatura infantil y juvenil, así como tradicionales canciones de cuna. El ilustrador y artista multidisciplinar Oliver Jeffers, autor de los ya clásico "Arriba y abajo", "Perdido y encontrado", "El increíble niño comelibros" o "El corazón y la botella", y cuyo palmarés necesitaría el espacio de diez artículos como este, compone sus láminas sobre unos peculiares fondos tipográficos elaborados por Sam Winston, consiguiendo un resultado sutil que ha sido recibido con aplausos por la crítica de todo el mundo y que ha sido galardonado en la prestigiosa Feria Internacional del Libro Infantil de Bolonia. Esta obra, que no deja de ser un homenaje a las poderosas historias de siempre, las que han marcado a varias generaciones de lectores, nos cuenta las peripecias de una niña que navega "a través de un mar de palabras" hasta arribar a la casa de un niño, al que invita a seguirla en una apasionante aventura a través de los "bosques de cuentos de hadas, de las montañas de fantasía" y a "dormir en las nubes de las canciones". ¿Quién no se apuntaría a ese viaje? Hacedlo, a poder ser junto a vuestros hijos, de cuya imaginación y solidaridad, gracias a libros como estos, algún día estaréis orgullosos, porque, con un poco de suerte ya ningún niño querrá ser un guepardo para llegar antes a su dura jornada laboral de doce horas; como mucho, acelerará el paso para no llegar tarde a un colegio repleto de libros.