La interpretación "estricta y radical" de la Ley de Incompatibilidades está convirtiendo a Asturias "en una isla", en la "única comunidad" donde los profesores de los Conservatorios no pueden compaginar su actividad docente con la artística particular.

El grupo de IU en la Junta General del Principado pidió ayer la comparecencia del consejero de Educación, Genaro Alonso, en la Comisión de Educación. La diputada Concha Masa quiere que Alonso explique qué pasó con la proposición no de ley aprobada hace un año para desbloquear la situación de incompatibilidad de los profesores de música que dependen de la Administración regional.

Aquella proposición planteaba que la actividad musical fuera declarada bien de interés público, explicó la diputada Masa, quien compareció en la Junta con el profesor, director de orquesta y fundador de Forma Antiqva, Aarón Zapico.

La Ley de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas no se toca. En realidad no se puede tocar porque es de rango nacional. Data de 1984 y pone coto a las actividades de los funcionarios más allá de su trabajo para la administración a la que se encuentre adscrito.

Es esa ley la que esgrime el Principado para prohibir a los profesores de los conservatorios (también afecta a los músicos de la OSPA) que tengan actividad artística al margen de sus aulas o de su pertenencia a la orquesta. Los profesores no pueden aplazar o sustituir el horario de alguna de sus clases para dar un concierto a título individual.

La ley es dura y taxativa. La Consejería de Educación manifestó anteayer su disposición a buscar una solución. IU le recordó que el problema "es fácil de resolver". ¿Por qué no se hizo hasta la fecha? Aarón Zapico lo tiene claro: "Esto parece que es un grandísimo problema, irresoluble, pero no es verdad. Tan solo es cuestión de buena voluntad".

Izquierda Unida cree que si los demás han encontrado soluciones no tiene sentido que Asturias no lo haga. El músico Aarón Zapico fue más allá: "un simple asterisco en los horarios del curso donde se señale la posibilidad de cambiar algunas clases serviría para solucionar el problema que, en realidad, no lo es tal. Lo que hay es una cerrazón, una interpretación necia de una ley que data de 1984", aprobada en un escenario social y educativo muy distinto al actual.

Zapico pone indirectamente sobre la mesa con sus palabras el tema de la autonomía de centros. Unos y otros -Consejería y afectados- tienen claro que cualquier cambio en los horarios lectivos debe contar con el visto bueno de los directores de los conservatorios.

La proposición no de ley aprobada en su día por la Junta General para desbloquear las incompatibilidades contó con los votos favorables de todos los grupos de la cámara a excepción del socialista. El Consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, manifestó que "somos sensibles" ante este problema y que "intentaremos buscar fórmulas de conciliación".

Izquierda Unida recela de esa sensibilidad a tenor de los antecedentes. "El Consejero hizo oidos sordos tras la aprobación de aquella proposición no de ley y nos tememos que no haya dado ni un paso para cumplirla", lamentó la diputada Concha Masa.

Masa y Zapico descartan que la compatibilidad de actividades vaya en detrimento de los alumnos. "Cuando hablas con ellos te das cuenta de que no es así", dice el músico y docente de clave en el Conservatorio que, por experiencia, sabe que "los profesores que tienen actividad artística son los que te pueden enseñar de verdad".