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La muerte de Hannah Baker revuelve al planeta

La serie televisiva "Por trece razones", que hace furor entre los adolescentes, abre un enconado debate mundial sobre el suicidio y el acoso escolar

Una imagen promocional de "Por trece razones", con el actor Dylan Minette (Clay Jensen) y la actriz Katherine Langford (Hannah Baker).

En noviembre de 1990, cuando los padres de los adolescentes de hoy eran casi adolescentes, la pregunta era: "¿Quién mató a Laura Palmer?". Así se promocionaba la serie televisiva "Twin Peaks", primer gran antecedente del furor "seriéfilo" actual. Hoy, los hijos de los devotos de aquella creación de David Lynch se hacen otra pregunta, también sobre la muerte de una mujer joven: ¿por qué se suicidó Hannah Baker? Así se llama la protagonista de "Por trece razones" y ése es el punto de partida de la serie de Netflix que engancha a los adolescentes de medio mundo y que trae de cabeza a sus padres y profesores.

Hannah Baker se suicidó. Ahí no hay misterio alguno. Se quitó la vida en una bañera. Lo sabemos desde el principio y a lo largo de trece horas, trece capítulos, iremos escuchando las trece razones que dejó grabadas en casete. Eso es lo que está escandalizando a parte de la sociedad estadounidense, que considera que la serie (basada en el libro superventas del mismo nombre, obra de Jay Asher) incita al suicidio. A tal punto que "The New York Times" se hacía eco el lunes del debate abierto en la comunidad educativa del país. "En el mes transcurrido desde el lanzamiento del programa, un creciente coro de expertos en salud mental afirma que muchos de los mensajes de la serie sobre suicidio son inexactos y potencialmente peligrosos", afirma el diario estadounidense, que añade que algunos "consejeros escolares de todo el país han emitido advertencias a los padres de que este programa glorifica el suicidio y podría conducir a un aumento del comportamiento imitador y a autolesiones entre los estudiantes vulnerables".

La preocupación no se limita a Estados Unidos. Algunas instituciones en Canadá ya han tomado cartas en el asunto. La escuela de St. Vincent de Edmonton, en Alberta, ha prohibido a sus alumnos hacer cualquier mención a la producción de Netflix mientras estén dentro del centro. En Nueva Zelanda se ha calificado para mayores de 18 años. "The New York Times" cita a Robert Avossa, superintendente de las escuelas del condado de Palm Beach, en Florida, quien asegura que los profesores han constatado un aumento de las lesiones por automutilación y las amenazas de suicidio entre los estudiantes de Primaria y Secundaria desde que la cadena subió la serie a su plataforma, que amamanta audiovisualmente a las nuevas generaciones de todo el planeta. La polémica ha llevado a Netflix a anunciar que redoblará las advertencias, que ya existen, al comienzo de cada episodio.

El guionista, Brian Yorkey, se defiende y asegura que su objetivo era justamente el contrario: "Queríamos que mirar fuera doloroso, que quedara muy claro que no hay nada por lo que merezca la pena suicidarse".

La cadena emitió también un comunicado en el que subraya que la serie contó con el asesoramiento de profesionales médicos y que "Por trece razones" "ha ayudado a generar importantes conversaciones en familias y comunidades de todo el mundo". La cantante Selena Gómez, productora ejecutiva de la serie, asegura que su intención era presentar el conflicto "de un modo en el que los chicos se asustasen y les hiciera hablar sobre algo que está pasando".

Lo que escuece a sus detractores y lo que sabemos al principio de "Por trece razones" es que Hannah Baker se quita la vida. No cabe el misterio de Laura Palmer. Aquí Hannah Baker mató a Hannah Baker. Pero hay que adentrarse en esta producción de Netflix e ir escuchando las razones capítulo a capítulo, pues al final esa respuesta parece no estar tan clara. ¿Mató Hannah Baker a Hannah Baker? El espectador que llega al último capítulo, como les ocurre a los personajes, descubre que lo terrible no sólo está en el qué, sino en el cómo llegó la protagonista a tomar esa decisión fatal. Porque "Por trece razones" no sólo va del suicidio en adolescentes. En realidad, ni es el tema principal. Lo que se describe es cómo va creciendo la maraña que envuelve a las víctimas de la violencia escolar y de la soledad en que acaban sumidas.

"Por trece razones" habla de la aplastante fuerza del grupo en esas edades de formación, de la brutalidad tecnológica que se ejerce con la simple difusión a través del Whatsapp de una fotografía tomada a traición, del poder despiadado del individualismo y de la inhibición ante los que sufren. Ayer se celebró el Día Mundial Contra el Acoso Escolar. En España, el teléfono habilitado por el Ministerio ha tenido noticia en sólo seis meses de 5.734 casos de "bullying". Vean "Por trece razones" con sus hijos adolescentes. Y después hablen con ellos.

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