La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, ha firmado una ordenanza que prevé multas de hasta 240 euros para aquellas conductas "contrarias a las reglas del decoro urbano" en cuarenta fuentes monumentales de la capital italiana, entre ellas la icónica Fontana di Trevi o la Fontana della Barcaccia en Piazza di Spagna. Las multas, que van de 40 a 240 euros, tienen como objetivo disuadir a las personas de sentarse y subirse en ellas, tirarles objetos (con excepción de las tradicionales monedas), o utilizarlas para lavar ropa y animales. El Ayuntamiento de Roma pretende "garantizar la adecuada defensa del patrimonio histórico, artístico y arqueológico".