El mundo del toro mantiene muchos de sus rituales intactos desde hace años, algunos fruto de la superstición, pero en ningún caso es uno de ellos el sacrificar a la madre de un toro que en el ruedo haya acabado con la vida de un torero.

Sí es cierto que tras la fatídica tarde del 28 de agosto de 1947 en la plaza de toros de Linares (Jaén) en la que el toro "Islero", de la ganadería sevillana de Miura, hirió de muerte al torero Manuel Rodríguez "Manolete", fruto del dolor por la pérdida de una de las mayores figuras de la historia de la Tauromaquia, se mató también a su madre, "Islera" (los toros toman el nombre de su madre) cuya cabeza reposa colgada en el museo taurino de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Fruto de esa historia, quizás se haya extendido hasta hoy el bulo de que se sacrifica a la madre del toro que mata a un torero o, incluso, a toda la familia del toro en cuestión.

La de Manolete fue, quizás, la última ocasión en que la muerte de un torero supuso matar a la madre del toro. En el reciente caso de Víctor Barrio tampoco sucedió así. Es más, "Lorenza", la madre de "Lorenzo", el toro de la ganadería de "Los Maños" que mató a Víctor Barrio, ya estaba muerta desde hace unos días cuando, el 9 de julio de 2016, "Lorenzo" asestó una certera cornada al joven torero Víctor Barrio en la plaza de toros de Teruel. José Marcuello y su hijo José Luis, ganaderos de "Los Maños", sacrificaron a la vaca por cuestiones de edad días antes de la luctuosa tarde.

Tras la muerte de Francisco Rivera "Paquirri", en Pozoblanco (Córdoba) el 26 de septiembre de 1984, tampoco fue porque así lo marcase la tradición taurina. Ocurrió que la ganadería de Sayalero y Bandrés, a la que pertenecía el toro "Avispado", se vio afectada de tuberculosis y el ganadero se vio obligado a sacrificar numerosos ejemplares, machos y hembras. Ni tampoco se hizo así al año siguiente, el 30 de agosto de 1985 cuando José Cubero "Yiyo", quien el año anterior había dado muerte al toro "Avispado", falleció en la plaza de toros de Colmenar Viejo por culpa del toro "Burlero", de la ganadería de Marcos Núñez.

Ahora, con la reciente muerte de Iván Fandiño por la cornada del toro "Provechito", de la ganadería de Baltasar Ibán, en la plaza francesa de Aire-sur-l'Adour, quedará todo en manos de la ganadera, Cristina Moratiel. A cada ganadero corresponde qué hacer tras la tragedia.