Gigantes de internet como Google o Facebook han creado algoritmos que seleccionan información en base al historial de navegación de sus usuarios, una realidad que el ciberactivista Eli Pariser denomina el "filtro burbuja" y que, a su juicio, aísla al ciudadano de opiniones distintas a la suya.

Si internet nació con la promesa de ser la herramienta para una sociedad más democrática y transparente, la realidad se ha tornado muy distinta, asegura Pariser, autor "El filtro burbuja", que publica en España la editorial Taurus.

En 2009, Google anunció que comenzaba a personalizar las búsqueda de sus usuarios en base a su historial, la consecuencia es que dos personas pueden hacer la búsqueda de una misma palabra y obtener resultados "radicalmente distintos". Por ejemplo, buscar "cambio climático" arroja distintos resultados en el caso de que el usuario sea científico o en el de que trabaje en una petrolera, explica. La mayor parte de los buscadores y webs de noticias cuentan con este tipo de algoritmos, y su objetivo no es precisamente que "el usuario cambie de opinión y amplíe sus horizontes".